Si la intención de voto se midiera por las ventas de caretas de los principales líderes políticos, el PSOE arrasaría en las elecciones del 9 de marzo. Y es que la careta del presidente Zapatero está agotada en la mayoría de las tiendas de disfraces de Madrid ante la cercanía del carnaval, que empezará el viernes 1 de febrero.

"Aunque no sabemos si la compran por simpatía o por ánimo de burla", comenta Gonzalo Fernández, encargado de la tienda Barullo Company, que asegura que este año "la cercanía del 9-M ha aumentado la demanda de disfraces de políticos".

Sin máscaras de Aguirre

El ex presidente Aznar es la segunda personalidad más solicitada, incluso por encima del actual líder del PP, Mariano Rajoy, quien, según los responsables de los comercios, no despierta "mucho interés a la hora de disfrazarse". El alcalde Gallardón y la presidenta Aguirre, a pesar de estar de actualidad, tampoco están entre las preferencias de los madrileños para este carnaval. "Los proveedores no nos han traído caretas del alcalde y la presidenta, y tampoco han venido clientes preguntándonos por ellos", asegura Nieves Carbonero, encargada de la tienda Yebra. Entre los políticos extranjeros sigue arrasando George Bush y este año se incorpora una novedad: el presidente francés Nicolas Sarkozy.

El tirón del cine

Políticos aparte, el disfraz que más se verá por las calles de la capital estos carnavales será el de pirata, "por el tirón de la película Piratas del Caribe", según Ainara, empleada de Maty. Todos los comercios que han sido consultados por 20 minutos coinciden en que éste es el traje más vendido. En segundo lugar están los trajes de época. Éstos son los preferidos por las mujeres, que se decantan por emular a María Antonieta, a las damas medievales y a las bailarinas de charlestón. Ellos se inclinan por ser mosqueteros y gángsteres.

Este año, en plena cuesta de enero

El carnaval de este año estará algo descafeinado, ya que los bolsillos de los madrileños no dan para más. "Esta vez viene muy pronto, en plena cuesta de enero, cuando la gente todavía está tocada por la Navidad", según el responsable de Barullo Company. Eso, unido al aumento de los precios y el endeudamiento, ha provocado un bajón en las ventas de las tiendas de disfraces. "También notamos que la gente se lleva más complementos, como sombreros y caretas, que disfraces, que son más caros", explican los vendedores.