«El parque de alquiler es muy escaso en Vizcaya, porque aquí siempre hemos sido  de tener la vivienda en propiedad», indica Iñaki Egurrola, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Vizcaya.

«Es complicado porque la gente nos pide pisos que cuesten unos 600 o 700 euros, y los propietarios no suelen bajar de los 800», explica Conchi Noval, de la inmobiliaria bilbaína Piso Gestión.  Por ejemplo, un piso de tres habitaciones en Santutxu, en la calle Carmelo, sube hasta los 1.000 o 1.100 euros. Y si nos acercamos al centro, las cuotas se vuelven prohibitivas.

Ése es el problema con el que se encontró un joven bilbaíno de 24 años que ha alquilado un piso junto con otros dos amigos en Santutxu. «Al principio queríamos ir a vivir al Casco Viejo, pero la oferta era muy escasa y muy cara», indica. Estos amigos decidieron esperar más de dos meses hasta encontrarlo.

Y eso que, de momento, los precios no han subido debido a las ayudas de 210 euros del Gobierno: «El mercado aún no ha reaccionado», señala Egurrola.

Protesta por una vivienda digna

Esterilla, saco, y a dormir al raso. Con esta acción de protesta frente al Ayuntamiento de Bilbao, un grupo de jóvenes exigieron ayer una vivienda digna para todos. Recordaron que al precio que están los pisos, o se sigue en casa de los padres, o se vive en cuchitriles.

Estos chavales pertenecen a una plataforma por la vivienda digna que agrupa a nueve colectivos juveniles. Para ellos, los «culpables» del problema son los gobiernos, las diputaciones y los ayuntamientos en «connivencia» con la banca y la empresa. Proponen crear un parque de pisos de alquiler con precios según el sueldo de cada uno y defienden el movimiento okupa.