Jeffrey Howell, taxista de Scottsdale, asegura que guarda en su ordenador cientos de discos, todos ellos comprados legalmente, para escucharlos en casa o en su reproductor digital.
Según esta subsidiaria del grupo Warner, propietaria de los derechos de The Corrs o James Blunt entre otros, el hecho de crear una copia en un ordenador o un reproductor portátil es delito. Atlantic Records se justifica explicando que una única copia puede conllevar millones de descargas si se comparte a través de programas P2P.
De hecho, la demanda se le hizo llegar a Howell en 2006, cuando se detectó que se conectaba habitualmente al programa de intercambio de archivos Kazaa.
Howell, que no ha podido costearse un letrado, tendrá que defenderse a sí mismo de los demandantes, que le exigen 40.000 dólares (unos 27.000 euros).
Howell es uno más de una larga lista de 26.000 personas demandadas por compartir archivos mediante P2P que se negaron a llegar a un acuerdo económico con las principales casas discográficas.
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