La mayoría de colegios de la capital que exigen uniforme no permiten que sus alumnas acudan a clase con pantalón y optan por la falda como atuendo oficial. Sólo el 15,5% (9 de los 58 centros concertados) lo dejan, y el dato es similar en el resto de la provincia: en 15 de los 89 del presente curso (16,8%).

Además, todos esos colegios menos restrictivos tienen el mismo denominador común: pertenecen a la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria, fundada y con dirigentes del Obispado de Málaga. El presidente de los padres católicos, Eduardo Caro, explica el procedimiento para establecer una indumentaria determinada: «Lo aprueba el Consejo Escolar, pasa a un referéndum con los padres y se le comunica a la Delegación de Educación.

Además, tiene que figurar en el proyecto educativo para que sea de obligatorio cumplimiento». Decisión de los padres Aún así, Educación se muestra tajante: «Ningún padre está obligado a llevar a su hijo de uniforme», sea con pantalón o falda, porque tampoco existe una legislación en Andalucía en este sentido.

Sea como fuere, no se ha recibido ninguna queja en Málaga durante este curso. Además, algunos padres y alumnos recurren a alguna triquiñuela por gusto o necesidad: «Lo normal es que la ropa incluya el uso de chándal y las estudiantes pueden utilizarlo como pantalón», describe Caro.

Cada vez en más centros públicos. El uniforme se implanta curso a curso en más centros, sobre todo, en la capital y la costa occidental (Mijas, Fuengirola y Marbella).

Barato y cómodo. Para los padres es más cómodo, según Concapa y Fdapa, y más barato que la ropa común.

Concertada. La mayoría de quejas viene porque hay empresas externas que realizan los uniformes –normalmente los venden los colegios– y son de mala calidad y caros.

Pública. Suelen ser más baratos, sobre todo, si el servicio lo organizan las Ampas. Una muda cuesta unos 80 euros.