Un niño recibe una descarga eléctrica al tocar la valla de su colegio

  • Su vida no corre peligro, pero sigue en observación.
  • Los padres de 60 niños se niegan a que sus hijos asistan a clase hasta que no se solucione el problema.
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Los padres de unos 60 alumnos del Colegio Público La Galia de Elx (Alicante) se negaron hoy a que sus hijos entraran en el centro, después de que un alumno de segundo de Primaria recibiera ayer jueves una sacudida eléctrica al tocar una valla, según indicó hoy el presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Elx, Antonio Campello, quien resaltó que el menor está en observación pero en perfecto estado.

Los hechos ocurrieron ayer cuando un menor, que en estos momentos está hospitalizado en observación, tocó la verja del colegio y sufrió una sacudida eléctrica. El menor tuvo que ser atendido, aunque no sufrió lesiones y "todo quedó en un susto". No obstante, al enterarse de lo sucedido, los padres de los alumnos decidieron hacer una sentada a las 9.00 horas de hoy y se negaron a que sus hijos acudieran al centro hasta que no se revisara la instalación eléctrica del centro.

Así, a primera hora de hoy el alcalde de Elx, Alejandro Soler, y la concejal de Educación, Blanca González, acudieron a la partida ilicitana de La Galia, donde se encuentra el centro educativo, para hablar a los padres, acompañados de técnicos municipales y de una empresa que está revisando toda la instalación eléctrica del centro, con el fin de reforzarla.

En este sentido, Antonio Campello explicó que la empresa está revisando la instalación al completo con el fin de detectar si hay algún problema. Según los técnicos, el problema ocurrió cuando un radiador de una de las aulas hizo contacto y el diferencial no saltó. De esta forma, pasó a tierra y el menor rozó o tocó la verja y una farola al mismo tiempo, por lo que le dio una pequeña descarga "mucho menor de 220 voltios".

A este respecto, indicó que en el caso de una persona adulta "no hubiera pasado de un calambrazo", pero en el caso de un niño de siete años, que tiene un peso bastante menor, "lo nota más".

El problema, según dijo, es que este centro, que anteriormente fue una unitaria, no tiene calefacción, por lo que se utilizan radiadores en las aulas durante el invierno y "es fácil que alguno pueda fallar". Por ello, Campello señaló que además de arreglar el problema que surgió ayer se reforzará la red para que no vuelva a ocurrir.

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