De AVE en AVE. Así se ha pasado este fin de semana el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapotero, para inaugurar las nuevas líneas de Tren de Alta Velocidad (TAV) que cruzan ya la Península.

La línea Madrid-Segovia- Valladolid se inauguró el sábado, con Zapatero y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, a bordo, entre otras personalidades.

A su llegada a Valladolid, después de 56 minutos de viaje, el jefe del Ejecutivo mostró su convencimiento de que "lo que más une a los españoles, lo que mejor vertebra y cohesiona el territorio es la construcción de infraestructuras de este tipo y la mejora de las comunicaciones".

Madrid- Málaga

El TAV que va a Málaga se estrenó este domingo y llegó a su destino 10 minutos más rápido de lo previsto.

En un trayecto que duró dos horas y media, Zapatero y la Álvarez volvieron a disfrutar de las vistas de un viaje en tren.

El presidente del Gobierno aprovechó para subrayar que "el mejor patriotismo es el de los hechos" como la puesta en marcha de esa nueva línea de la alta velocidad ferroviaria.

En su intervención, Zapatero elogió el impulso dado a la nueva línea por Chaves y por la ministra de Fomento, de la que destacó su condición de malagueña, y subrayó que la inauguración de la nueva línea es "un auténtico orgullo para España".

Transporte insostenible

La proliferación de nuevas líneas de TAV ha sido muy criticada por Ecologistas en Acción , quienes consideran que "si todas las inversiones realizadas en AVE se hubiesen repartido por la red de ferrocarril existente, las mejoras de velocidad y de los servicios, por ejemplo en cercanías, favorecerían a muchas más personas, y con menos impacto ambiental".

En concreto, los ecologistas de Málaga exigieron responsabilidades políticas por "el desastre ambiental" cometido en Valle de Abdalajís (Málaga) tras la construcción de los túneles del AVE.

De igual modo, otras organizaciones reclamaron trenes de Cercanías al interior de la provincia de Málaga, oponiéndose al cierre de estaciones en las actuales líneas convencionales y reivindicando "un transporte ferroviario público, social, seguro y sostenible", según defienden desde Izquierda Unida, la Confederación General del Trabajo (CGT) y el Sindicato Federal Ferroviario (SFF).