Hace un siglo, la Belle Epoque brillaba en todo su esplendor en Europa. Época de optimismo, confianza en la ciencia, un tiempo de mezcla de clases sociales y visión positiva del futuro, que se desarrolló sobre todo en los bulevares y cafés de las capitales europeas. Por su ubicación en la caleidoscópica y bohemia Alameda, el espíritu de esta época ha decorado las paredes del bar que hoy visitamos. Es recogido, de pitiminí, acogedor y adornado al milímetro. El brillo del cristal, que abunda, y las pequeñas luces de Navidad crean un ambiente agradable y chispeante. Encontraremos delicatessen, vinos de todas las comarcas de España, quesos de diferentes tamaños, sabores y lugares de nacimiento, dulces caseros, pestiños y conservas de origen artesanal. Para disfrutar de este rincón es aconsejable beber uno de sus buenos vinos como el Señorío de Nevada, granadino; Don Baltasar, de Calatayud; o el Laus Roble, de Somontano. En su selección han incluido vermout de Moguer y otros vinos de las Alpujarras de Granada. Para acompañar la copa y la charla podemos probar una tapa de bacalao al ajo arriero, el magret de pato con salsa de naranja o el salmón con caviar y eneldo. Sus panes calientan la pizarra con nombres sugerentes, erótico-festivos, como el sibarita, el cojonudo, completo, francés o griego

* C/ Amor de Dios 44. Abierto de 9 a 1h. Cierra los domingos por la noche y el lunes. Tapas 2.50€