Detienen a una pareja en California que tenía a sus 13 hijos encadenados y desnutridos

David Allen Turpin y Louise Anna Turpin, detenidos por secuestrar y torturar a sus 13 hijos.
David Allen Turpin y Louise Anna Turpin, detenidos por secuestrar y torturar a sus 13 hijos.
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David Allen Turpin y Louise Anna Turpin, detenidos por secuestrar y torturar a sus 13 hijos.

Un hombre y una mujer fueron detenidos este lunes en California (EE UU) y afrontan cargos por tortura tras descubrirse que tenían secuestrados a sus 13 hijos en condiciones insalubres, informaron medios locales.

Los hijos, con edades de entre dos y 29 años, fueron encontrados atados a las camas y con signos de malnutrición en la casa familiar, según un comunicado de las autoridades del condado de Riverside, en el sur de California.

Los padres, David Allen Turpin, de 57 años, y Louise Anna Turpin, de 49, acusados de tortura y de poner en riesgo a sus hijos, han sido trasladados al centro de detención Robert Presley, con una fianza de 9.000 millones para cada uno.

La Policía descubrió lo que estaba ocurriendo gracias a que una de las víctimas, una joven de 17 años, consiguió escapar del domicilio familiar, en la ciudad de Perris, y llamó a los agentes desde un teléfono que había encontrado en la casa.

Los agentes contactaron a los padres, quienes "fueron incapaces de dar una razón lógica al hecho de que sus hijos estuvieran retenidos de esa manera", explicaron los policías.

Aparentaban mucha menos edad

Según el relato policial, la chica narró que sus 12 hermanos y hermanas estaban secuestrados por sus padres, algunos incluso con cadenas y candados.

Los agentes se sorprendieron al ver que muchas de las víctimas aparentaban bastante menos edad de la que realmente tienen, probablemente debido a las pésimas condiciones en las que fueron retenidos por sus padres. Por eso pensaron que la denunciante tenía tan solo unos diez años,  y que todos los hermanos eran menores. En realidad siete son adultos de entre 18 y 29 años.

El relato de los policías describe la vivienda familiar donde se produjo el secuestro como un lugar sucio, maloliente y oscuro.

Tanto los seis menores como los siete adultos víctimas de este suceso reciben tratamiento en hospitales de la zona. La mayoría de ellos dijeron estar hambrientos y enseguida se les proporcionó comida y bebida.

Los servicios de protección social colaboran en la investigación.

Según información pública obtenida por medios locales, los padres, que sufrieron dos situaciones de bancarrota, vivían en esa dirección desde 2010 y anteriormente habían residido muchos años en Texas.

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