Helena Maleno, ante la Justicia marroquí por ayudar a migrantes tras dieciséis años de activismo

  • La periodista almeriense declaró este miércoles a raíz de una informe sobre ella de la Policía española en el que se habla de "fomento de la emigración ilegal".
  • Su caso ha desatado una ola de solidaridad y ha recibido el apoyo de partidos políticos, personalidades de la cultura y ciudadanos anónimos.
  • En Tánger desde 2001, de ella dicen que probablemente sea quien "más vidas ha salvado en el Estrecho".
Cartel de apoyo a la activista Helena Maleno, investigada en Marruecos por su labor humanitaria con migrantes.
Cartel de apoyo a la activista Helena Maleno, investigada en Marruecos por su labor humanitaria con migrantes.
TWITTER DE HELENA MALENO
Cartel de apoyo a la activista Helena Maleno, investigada en Marruecos por su labor humanitaria con migrantes.

Dicen de ella que posiblemente sea quien "más vidas ha salvado en el Estrecho", una persona "providencial" para Salvamento Marítimo, en palabras de Miguel Zea, jefe del Centro de Coordinación de Almería con 22 años de experiencia. Alguien que ha dedicado su vida a luchar por los derechos humanos y que desde el mes pasado vive un calvario. Se llama Helena Maleno y está siendo investigada por el Tribunal de Apelación de Tánger por su supuesta vinculación con mafias dedicadas al tráfico de personas.

Esta almeriense, nacida en 1970, llegó a la ciudad marroquí en 2001, acompañada de su hijo, y pronto empezó a trabajar con las comunidades de migrantes. Ya en El Ejido, su ciudad natal, había ayudado a extranjeros a través del Sindicato de Obreros del Campo.

Periodista e investigadora especialista en fenómenos migratorios y trata de seres humanos, presta especial atención a las mujeres y a los menores. Miembro del colectivo Caminando Fronteras, ha colaborado con multitud de ONG y fundaciones españolas e internacionales, entre las que se encuentran Womens Link Worldwide, Save The Children o la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Su labor ha sido premiada por el Consejo General de la Abogacía Española, la Unión Progresista de Fiscales o por la publicación especializada en África Mundo Negro.

En estos dieciséis años en el país árabe, su teléfono ha sonado en innumerables ocasiones con peticiones de auxilio desde las propias pateras que intentan llegar a las costas españolas. Es entonces cuando ella avisa a Salvamento Marítimo para que acuda al rescate.

Esas llamadas, en concreto las realizadas entre 2012 y 2014, son las que han motivado el caso. El móvil de Helena fue intervenido por la Policía española, que elaboró un informe en el que describía su actividad como "fomento de la emigración ilegal".

Fuentes de la defensa de la activista aseguran que la investigación en su contra ya fue archivada a principios del año pasado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, al no encontrar indicios de delito en sus llamadas de socorro. La Policía española entregó entonces el expediente a las autoridades de Marruecos.

Con "plenas garantías"

El interrogatorio de Helena por parte de la Justicia marroquí se celebró este miércoles, después de posponerse en dos ocasiones, los días 5 y 27 de diciembre, a petición de su abogada, quien alegó necesitar más tiempo para preparar la causa. El instructor le preguntó sobre su trabajo humanitario, sobre las investigaciones que realiza y para quién las hace y la activista corroboró sus palabras con documentos probatorios. "El 31 de este mes vuelvo a comparecer para que el juez decida mientras estudia toda la información aportada", informaba ella misma tras salir del tribunal, que hasta el momento no ha formulado cargos en su contra.

La cooperante manifestó haber declarado "con plenas garantías" y agregó que el magistrado reconoció su trabajo como "labor humanitaria" y afirmó "que la acusación viene plenamente por parte de la UCRIF [Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales] de la Policía española". "Estos dosieres que se hacen desde Europa están enfocados a terminar con el trabajo humanitario o a criminalizarlo, y así se lo he trasladado al juez", contó.

"Creo que las verdaderas víctimas y perjudicados de la criminalización de la salvaguarda de la vida en el mar son las personas migrantes y los derechos humanos", añadió, después de expresar sus temores de que la persecución judicial de los defensores de los inmigrantes pueda conllevar un aumento en el número de fallecidos en el Mediterráneo.

Muestras de solidaridad

La activista española estuvo acompañada por representantes de diversas organizaciones españolas, como Cáritas, la Red Intraeclesial Migrantes con Derechos, la Fundación de la Abogacía Española o CEAR, y de la Organización Marroquí de Derechos Humanos. No en vano, su situación ha provocado una amplia ola de apoyo, que Helena ha agradecido: "Me quedo con la solidaridad que me brindáis al otro lado de la Frontera Sur, pero sobre todo con el ejemplo de las valientes comunidades migrantes, que lo son todo".

Aparte de las campañas en redes sociales y de mensajes de partidos como Podemos, una delegación de varias asociaciones se reunió con el cónsul de España en Tánger, Pablo Zaldívar, para trasladarle su preocupación por el tema y más de 200 personalidades del mundo de la cultura han firmado un escrito en su defensa, al que se están sumando ciudadanos anónimos. Incluso la Iglesia católica considera que se está cometiendo "una injusticia total".

Lamentablemente no es la primera vez que Helena tiene problemas por su labor humanitaria. Ha sido víctima de amenazas, extorsiones y hasta ataques. En agosto de 2014 denunció las agresiones sexuales y verbales de las que fue víctima en el barrio de Boukhalef de Tánger, cuando un grupo de marroquíes armados con machetes atacó a unos subsaharianos.

Pese a las adversidades, mantiene su voluntad intacta e intenta afrontar este nuevo revés con tranquilidad y fuerza, convencida de que lo único que ha hecho "ha sido defender el derecho a la vida de las personas que transitan por las fronteras y defender su derecho no es un delito".

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