La estrategia de Carles Puigdemont, el expresident depuesto, de tratar de lograr su investidura a toda costa está enfrentando de nuevo a los partidos políticos catalanes y separándolos en dos bloques:el independentista y el constitucional.

No obstante, su situación personal (huido en Bélgica tras ser acusado de presuntos delitos de sedición, rebelión y malversación) abre una serie de incógnitas de imprevisibles consecuencias judiciales, políticas y sociales.

Junts per Catalunya quiere que ERC y la CUP apoyen su investidura de forma telemática vía Skype (videoconferencia) o de forma delegada, es decir, que otro diputado de su formación lea su discurso de investidura.

Ciudadanos, el PSC y el PP tratarán de evitarlo a toda costa. El PSC ha anunciado que lo recurriría al Tribunal Constitucional. El PP llama a tratar de imperdirlo "por todos los medios". Podemos es menos beligerante con los secesionistas, pero también se opone a una investidura a distancia.

El voto telemático no está contemplado en el reglamento de la Cámara catalana, pero sí en otros parlamentos, como el Congreso de los Diputados. Sin embargo, nunca se ha realizado para un debate de investidura, en el que el candidato a presidente expone ante el Parlamento su discurso de investidura.

Los abogados del Parlament tienen previsto reunirse para emitir una resolución. Se desconoce si será a favor o en contra de permitir el voto telemático.

Junts per Catalunya y ERC han pactado asegurar el control de la Mesa del Parlament, ya que tienen mayoría absoluta. Cs ha descartado presentar candidato alternativo. Previsiblemente, el próximo presidente del Parlament, o presidenta, será de ERC. Carme Forcadell se autodescartó.

En los plenos del 6 y 7 de septiembre el bloque independentista aprobó las leyes del referéndum y de transitoriedad, que fueron anuladas por el Tribunal Constitucional por derogar la legalidad española. Y lo hicieron desoyendo a los letrados de la Cámara.

Hay algunos diputados independentistas que fueron puestos en libertad por el Tribunal Supremo con la condición de que no reincidieran en vulnerar la ley. Si lo hacen, previsiblemente volverían a ingresar en prisión y, esta vez, tendrían más dificultades para salir de la cárcel.

Fuentes judiciales consultadas por 20minutos descartan que el rey ratificara a Puigdemont si su posible investidura se realizara por alguna vía irregular.

El president depuesto Carles Puigdemont se autoexilió a Bélgica para evitar ser encarcelado por varios presuntos delitos. Para gobernar Cataluña debería regresar. Pero existen muchas dudas sobre si finalmente volverá, pues resultaría arrestado. Tampoco se sabe si, en el caso de regresar, cuándo lo haría.

La situación es completamente anómala. Como poder, es posible que Puigdemont pudiera gobernar Cataluña desde Bélgica, pero en la práctica resultaría inoperante.

Fuentes judiciales sostienen que Puigdemont sería automáticamente detenido en cuanto pisara suelo español, ya que se encuentra en situación de autoexilio tras ser acusado de delitos de sedición, rebelión y malversación.

Medios independentistas han publicado que la intención de Puigdemont es ser investido y automáticamente regresar para ser arrestado y provocar un escándalo internacional. En la práctica, sería inviable gobernar Cataluña desde la cárcel.

En teoría, el president fugado prometió restituir íntegramente su Govern destituido. Sin embargo, Puigdemont podría haber ofrecido a Marta Rovira ser la número dos de su hipotético gobierno, en detrimento de Oriol Junqueras (quien se encuentra en prisión). Junqueras ha solicitado el traslado a una prisión catalana y también ser excarcelado para asistir a los plenos de constitución y de investidura.

El Gobierno anunció que mantendría el artículo 155 mientras no hubiera un nuevo gobierno en Cataluña.

Fuentes de ERC insisten en que no han cerrado la investidura del expresident y sostienen que se ajustarán a lo que recomienden los letrados respecto a la vía telemática. Si Puigdemont no pudiera ser investido, los independentistas tendrían que proponer otro candidato.

Puigdemont y Marta Rovira (ERC) dicen apostar por la vía bilateral (tratar denegociar con el Gobierno español un referéndum). La CUP, en cambio, exige seguir con la vía unilateral sin respetar la Constitución Española.