El pasado día 3 conocimos el dato del paro de diciembre del pasado año. El número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo se situó en 3,41 millones de personas, tras bajar en 290.193 desempleados en el conjunto del año (-7,84%), según datos del Ministerio de Empleo. Sin embargo, esta cifra no oculta una desaceleración del mercado laboral en diciembre comparado con el mismo mes del año pasado.

Y no solo eso. El empleo que se crea sigue siendo de mala calidad, como refleja lo que se llama tasa de precariedad, que es la proporción de empleos temporales sobre indefinidos. Según denuncia CC OO, la tasa de precariedad en España se situó en 2016 en el 26,1%, casi el doble que en el conjunto de la UE (14,2%).

El sindicato advierte de que no habrá un crecimiento del empleo ni de la riqueza ni una redistribución justa de la misma hasta que la tasa de precariedad baje en España a niveles similares a los de la media europea. Para ello, la organización que dirige Unai Sordo ha instado a penalizar a aquellas empresas que no cumplan las tasas que se vayan pactando.

El sindicato denuncia en su informe que al incremento de la precariedad ha contribuido la reforma laboral de 2012, por impulsar la temporalidad, y la parcialidad involuntaria en las jornadas de trabajo.

Según el Ministerio de Empleo, el número de contratos rubricados durante 2017 ascendió a 21.501.303, de los que nueve de cada diez fueron temporales (19,57 millones) y sólo 1,9 millones fueron indefinidos que, no obstante, marcaron el mayor dato de la última década.

Sólo en el mes de diciembre se suscribieron 1.652.016 contratos, de los que 131.067 fueron indefinidos, 8.773 más que un año antes, y 1.520.949 temporales, 55.775 menos que a cierre de 2016.