Para cambiar los aparcamientos se han pintado las líneas de los mismos en el sentido contrario a la marcha de circulación, de modo que se obliga a los coches a aparcar dando marcha atrás.
De este modo, la incorporación de los vehículos a la circulación se realizará necesariamente hacia adelante y con mayor visibilidad. Con esto se busca evitar accidentes provocados por salir del aparcamiento marcha atrás y con visibilidad reducida.
Además, el hecho de estacionar marcha atrás obliga a pasar primero por delante de la plaza de aparcamiento, lo que facilita hacerse una idea exacta de sus dimensiones antes de iniciar la maniobra.
Este sistema de aparcamiento ya se aplica ciudades como Bilbao o Alicante, según ha indicado el Ayuntamiento.
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