El hospital Juan Canalejo ya atiende a alcohólicos de 22 años

  • La mayoría son jóvenes que hacen ‘botellón’ y se vuelven adictos.
  • Urgencias atiende cada fin de semana una media de cinco casos de comas etílicos.
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Hace poco más de una década que el fenómeno del botellón llegó a la ciudad. Su primer efecto: las molestias a los vecinos. El último: el alcoholismo en el que caen algunos de sus practicantes. Se trata de jóvenes coruñeses de 22 y 23 años enfermos crónicos, con una dependencia del alcohol con la que tendrán que convivir el resto de sus vidas. Así lo denuncian desde el Servicio de Urgencias del hospital Juan Canalejo.

«Ya nos llegan chicos de 22, 23 y 24 años que son alcohólicos crónicos», explica Marina Tallón, médico de Urgencias y miembro de la junta de personal del centro. Dice que es un fenómeno nuevo derivado del botellón y del abuso del alcohol. «Los bebedores de fin de semana son alcohólicos potenciales», afirma tajante.

Con 15 y 16 años

Por este motivo, advierte de que «las consecuencias a largo plazo son terribles». Y eso que ella y sus compañeros de Urgencias hacen frente a los efectos a corto plazo: los comas etílicos.

Cada fin de semana les llegan de media cinco casos de personas inconscientes por exceso de alcohol. «Es gente cada vez más joven, son menores», subraya. Chicos de 15 y 16 años que en muchos casos son abandonados por sus amigos en la puerta de Urgencias.

Los casos que llegan al Canalejo son los peores, pero no los únicos.

Urgencias de la Casa del Mar también recibe unos diez jóvenes con intoxicaciones etílicas las noches de los fines de semana. Pero ni los excesos ni la presencia policial acaban con el botellón. Los vecinos dicen que todo sigue igual.

Excesos: Aviso a los padres

Desde hace unos años, cuando el hospital Juan Canalejo recibe a un menor con coma etílico informa a los padres de esta situación. Sin embargo, la doctora Marina Tallón dice que ni así bajan los casos.

Consecuencias: Riesgos del coma

Cuando una persona consume demasiado alcohol, pierde el conocimiento. El mayor peligro al que se enfrenta en esa situación es que deje de respirar por sí misma, por lo que a veces se llega a entubar al paciente.

Vecinos: Ruido, basura

Además de las consecuencias del exceso de alcohol en el bebedor, el botellón también perjudica a los vecinos que viven cerca. El ruido es la principal queja. Pero también la basura y la violencia.

Los vecinos amenazan con llevar a los tribunales al Ayuntamiento

Los residentes de las zonas donde se practica botellón acudirán a los tribunales si el Ayuntamiento no pone fin a las molestias que ocasiona esta forma de ocio. Denunciarán al Gobierno local por no hacer que se cumplan las ordenanzas, según anunció Blanca Villalta, una de las impulsoras de la creación de la asociación de vecinos de la plaza del Humor.

Pretenden realizar esta acción judicial de forma conjunta con otras zonas de la ciudad afectadas por el botellón. Pero antes le darán una oportunidad a la futura ordenanza. Su borrador, plagado de prohibiciones y multas, será aprobado por la Junta de Gobierno el próximo viernes día 21 y no se debatirá en el pleno municipal hasta el próximo enero.

3.000 euros de multa

El texto inicial recoge, entre otras cuestiones, que desde las diez de la noche y hasta las siete de la mañana el consumo de alcohol en la vía pública será una infracción muy grave si perturba la normal convivencia ciudadana. Quien la comete se enfrentará a multas entre 1.501 y 3.000 euros.

También se castigará la venta nocturna de alcohol fuera de los locales de hostelería, así como la concentración (también de noche) de personas en la vía pública si molestan a los vecinos.

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