El Ayuntamiento de Barcelona ha desencallado todo un clásico entre sus obras paradas, las de la zona de los antiguos cuarteles de Sant Andreu, después de más de 11 años de la aprobación del planeamiento urbanístico para convertir este espacio que antes acogía a militares en un área de equipamientos para los vecinos, viviendas protegidas y zonas verdes. Las tenientes de alcaldía Janet Sanz y Laia Ortiz, también concejal del distrito, han anunciado este jueves que ya han empezado los trabajos para construir el parque proyectado y que en 2018 se comenzará a urbanizar la rambla que hay en la zona, la de las Casernes, y a construir 160 pisos públicos para personas mayores y un 'casal' de jóvenes. Está previsto que todas estas actuaciones estén terminadas en 2021.

Las obras se han podido poner en marcha gracias al pacto al que llegaron en diciembre de 2015 el Consistorio y el Consorci de la Zona Franca (CZFB), propietario de una parte importante de la parcela, acuerdo por el cual este último se comprometía a ceder al gobierno de Ada Colau en Barcelona cuatro fincas de equipamientos y viviendas de protección oficial, a cambio de que el ejecutivo municipal asumiera el coste de 13 millones de euros de la reurbanización del área de los cuarteles.

En cuanto al parque, tendrá una superficie de 22.000 metros cuadrados y las actuaciones para hacerlo realidad costarán 5,7 millones de euros. Las obras que están en marcha corresponden a una primera fase, durante la que se urbanizarán 12.000 metros cuadrados correspondientes a la zona comprendida entre las calles Gran de Sant Andreu, de Palomar, de Torres i Bages y el paseo de Santa Coloma. En una segunda fase, que empezará durante el primer semestre de 2018, se trabajará en el espacio restante.

Este pulmón verde contará con un parterre de plantas aromáticas, una arboleda con áreas para hacer ejercicio, una zona de juegos infantiles y una fuente. Está previsto que el parque se llame Antoni Santiburcio, aunque Ortiz ha apuntado que no se descarta cambiar el nombre por el de Jaume Oller i Prats, tal y como han propuesto diversas entidades vecinales.

El primero fue un sindicalista y político catalán que ejerció de primer secretario de la Agrupació Socialista de Sant Andreu de Palomar en 1982 y como teniente de alcalde del Ayuntamiento por el distrito en 1987 y por el de Nou Barris en 1995. En cuanto a Oller, está considerado la primera víctima de Sant Andreu durante la Guerra Civil. El joven miliciano murió con 16 años al recibir un disparo de un soldado de los antiguos cuarteles por defender el régimen de la República.

El proyecto de los cuarteles también incluye la Rambla de las Casernas, que tendrá una superficie de unos 11.245 metros cuadrados y cuyas obras supondrán una inversión de 4,3 millones de euros. Los trabajos empezarán el primer semestre del año que viene.

En relación a los 160 pisos públicos previstos para personas mayores, tendrán servicios comunes y aparcamiento y respecto al 'casal' de jóvenes, estará en un edificio anexo.

El año 2019, ha señalado Ortiz, también se contempla empezar a construir el pabellón deportivo proyectado en el área, cuyo proyecto ejecutivo se está redactando.

La concejal ha afirmado que solo quedará pendiente el Centro Cívico de los equipamientos que dependen del Ayuntamiento, aunque hay otros previstos que dependen de otras administraciones, como una residencia de ancianos y otra para personas con discapacidad.

En los más de 11 años de parón de las obras de los cuarteles de Sant Andreu ha habido algún paréntesis, que ha servido para construir cuatro de los 12 equipamientos que deben ocupar la zona, pero en la actualidad todavía están por hacer ocho.

Sobre la presencia de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona en uno de los terrenos de los cuarteles, que aún no tienen un uso futuro definitivo asignado, Ortiz ha recordado que el gobierno de Colau ha exigido "de manera reiterada" al CZFB -con mayoría del gobierno central- revertir la cesión del espacio. Este, ha dicho, debe destinarse a equipamientos como el resto.