Los ataques de lobos al ganado se disparan en la sierra madrileña

  • Los rebaños de la Sierra Norte han sufrido 337 ataques de lobos y perros asilvestrados en lo que va de año frente a los 251 de 2016.
  • Los ganaderos aseguran que las indemnizaciones no son suficientes y abogan por habilitar territorios específicos para los lobos.
  • Los ecologistas afirman que las medidas preventivas se han mostrado eficaces.
  • La Comunidad ha aumentado el presupuesto para indemnizaciones y dice que sigue trabajando en métodos de prevención como los cercados y la presencia de mastines.
Lobo
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JUAN JOSÉ GONZÁLEZ VEGA/WIKIMEDIA COMMONS
Lobo

Juan Paredes tiene 57 años y lleva toda su vida dedicado a la ganadería en la Comunidad de Madrid. "A los tres años y medio ya iba con mi padre al campo", recuerda. Nunca había sufrido ataques de lobo hasta hace tres años. "Un lobo mató a una oveja a 100 metros de mí", afirma este ganadero de Paredes de Buitrago, cuya familia ha llegado a denunciar hasta 93 en un año: "Hemos perdido la mitad del rebaño de ovejas".

Como Juan, más de un centenar de ganaderos madrileños se han visto afectados este año por siniestros. Según datos de la Consejería de Medio Ambiente, hasta la fecha se han contabilizado 337 ataques de lobos y perros asilvestrados (en menor medida) frente a los 251 de 2016, un 34% más. Esta tendencia alza se hizo patente por primera vez de 2013 a 2014, cuando se pasó de 15 a 54 ataques. Entre las localidades de la Sierra Norte más afectadas por los ataques están Paredes de Buitrago, Prádena del Rincón, Montejo, Canencia, Rascafría, La Acebeda, Villavieja o Garganta de los Montes.

Este notable incremento en el número de ataques ha obligado al Gobierno regional a subir el presupuesto destinado a paliar los efectos de los ataques. En principio, el Ejecutivo había destinado una partida de ayudas de 120.000 euros que el pasado mes de agosto tuvo que engordar con 80.000 euros adicionales. De los 200.000 euros ya se han otorgado a 170.000.

Estas ayudas, sin embargo, son insuficientes para los ganaderos. "Nos están dando 1.200 euros por una novilla (vaca joven) en plenitud que en una subasta se está vendiendo a 3.000 euros", protesta Alfredo Berrocal, presidente de UGAMA (Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de Madrid), que indica que existen otros perjuicios derivados de los ataques: "Se producen muchos abortos y pérdidas de celo". Las indemnizaciones oscilan entre los 60 euros de un cordero y los 1.200 de una vaca de entre uno y diez años. Por las ovejas, objetivo habitual, la indemnización es de 120 euros.

Desde Medio Ambiente defienden que siguen trabajando para intentar lograr una "buena convivencia" entre los ganaderos y el animal, que es una especie protegida cuya caza está totalmente prohibida al sur de río Duero. Señalan que hasta ahora las actuaciones han ido encaminadas a la realización de métodos de prevención conjunta con los ganaderos como son los cercados, adiestramiento y presencia de mastines, o sistemas sonoros de aviso. "Aun así y debido al tipo de ganadería extensiva (la que no está en establos) que hay en la región los ataques son inevitables".

"Se hecho cero en materia de prevención", discrepa el presidente de UGAMA. "Desde que convocamos la Mesa del Lobo el año pasado no se ha hecho nada ni se ha vuelto a convocar. Ha sido un gran fraude", continúa Berrocal, que no tiene mucha fe en las medidas señaladas por la Comunidad: "Los mastines funcionan, pero no son fiables al 100%. Y el ganado vacuno no se puede guardar porque genera conflictos. Además, ahora hay ataques a cualquier hora del día. Es inviable". El ganadero aboga por habilitar territorios específicos para los lobos: "No pueden estar en todos los sitios". Desde Ecologistas en Acción, por su parte, aseguran que la medidas preventivas funcionan: "Hay ganaderos que no han tenido ningún ataque", señala Theo Oberhuber, portavoz de la organización.

No hay censo

En la actualidad no existe ningún censo oficial que recoja el número de lobos que viven en la región, una circunstancia que alimenta la polémica entre ecologistas y ganaderos. Colectivos naturistas y ecologistas calculan que habría entre tres y cuatro manadas de Canis lupus (nombre científico) formadas por no más de cuatro ejemplares cada una.

"El lobo desapareció en los años 70 de la región debido a la persecución a la que fue sometido y se refugió en zonas de Galicia y Castilla-León. Su recuperación en los últimos años ha provocado que vuelva a recolonizar el territorio, pero no hay lobo para tanto ataque", explica Oberhuber, que achaca la subida del número de ataques a la presencia de manadas de perros salvajes: "Se trata de ejemplares de medio o gran tamaño (tipo pastor alemán) que son abandonados por sus dueños y se agrupan en manadas. Como están acostumbrados a estar con el hombre no le temen, algo que no ocurre con el lobo".

"Eso es un bulo", replica Berrocal. "Los perros son mucho más fáciles de avistar. Hay muchos lobos más de los que se dicen. También ha habido más ataques, pero la gente no denuncia porque la tramitación es muy farragosa. Hay incursiones constantes de lobos que vienen de Segovia, Ávila y Guadalajara. Llegan, comen y se van. El lobo es capaz de recorrer 40 kilómetros en dos o tres horas", concluye.

La Asamblea reclama medidas

Esta problemática ha llegado a la Asamblea de Madrid. El pasado jueves, la cámara regional aprobó una Proposición No de Ley (PNL) que insta al Ejecutivo a llevar a cabo medidas de prevención contra el ataque del lobo a cabañas ganaderas de la Comunidad. Esta iniciativa impulsada por Podemos contó con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos. El Partido Popular votó en contra. Para poner en marcha la propuesta, el Gobierno que encabeza Cristina Cifuentes debería, a partir del ejercicio 2018, destinar una partida presupuestaria anual específica para este fin.

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