El acto ha tenido lugar este miércoles con objetivo de formar, tanto a pacientes como a cuidadores, en torno a la enfermedad de Parkinson.

La doctora Teresa Muñoz Ruíz, neuróloga del Hospital Regional Universitario de Málaga, ha realizado en la jornada una descripción de los síntomas de la enfermedad de Párkinson, así cómo ha ayudado a identificar aquellos que indican que el paciente se encuentra en una fase avanzada de la enfermedad, aportando las claves para preparar la visita al neurólogo, en donde "juega un papel también importante" el cuidador.

El Área de Gestión Sanitaria Norte de Málaga está trabajando con la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) en un modelo de escuela de pacientes centrada en el cuidador, así como grupos de trabajo con la enfermería gestora de casos con perspectiva de cuidar a los cuidadores. Así, esta jornada ha ensalzado y reconocido la "importante" figura del cuidador, quien acompaña al paciente en el día a día de la enfermedad.

JORNADA

Actualmente, el Párkinson afecta a más de 22.000 personas, según datos de la Sociedad Andaluza de Neurología, y más del 80 por ciento de los cuidadores de estos pacientes son familiares directos, según datos del estudio Épocai. Para ellos es también necesario conocer la evolución de la enfermedad, ya que en los casos avanzados, las personas con enfermedad de Párkinson requieren unos cuidados muy específicos.

Por otro lado, estas jornadas dan a conocer la labor que realizan las asociaciones de pacientes, dirigidas tanto al afectado como al cuidador. En este sentido, el presidente de la Asociación de Párkinson de Antequera y Comarca Norte de Málaga, José Antonio Peláez; como la vicepresidenta de la Federación Española de Párkinson (FEP), María Angustias Díaz; han explicado las diferentes actividades que se imparten en estos centros y qué pueden aportar para mejorar el control y evolución de la enfermedad.

Esta patología degenerativa se caracteriza por sus síntomas, motores y no motores, los cuales generan dificultades en las actividades cotidianas de las personas que lo padecen. Conforme progresa la enfermedad, la calidad de vida y autonomía de las personas con enfermedad de Párkinson se ven mermadas dados el incremento y la gravedad de los síntomas.

Entre ellos, los más conocidos son los síntomas motores como el temblor, la rigidez y la lentitud. Por su parte, los menos conocidos son los síntomas no motores, como los trastornos del ánimo -apatía, depresión- y la conducta, problemas de sueño y estreñimiento, que condicionan la calidad de vida.