¿Cómo ha recibido China una película tan sexual?
Sabía que el impacto sería fuerte, pero estoy aliviado porque le ha gustado a casi todo el mundo. Aunque algunos me hayan acusado de traición muchos se identifican con la película, especialmente con la chica protagonista. Además, la versión estrenada en China es distinta: no hay calificación por edades sino que todas las películas son para todos los públicos, por lo que se cortaron las escenas de sexo y de violencia.
Me advirtieron sobre ello, pero no creo que suceda. Son escenas muy tensas, que acompañan el dramatismo de la historia: no hablamos de un filme sobre el placer sino sobre el sufrimiento. Entiendo que alguien pueda pararse a pensar si los actores hacen el amor de verdad, pero es algo que se compensa por la fuerza de la trama, de la película, de las interpretaciones. No vemos sólo sexo, sino a dos personas que, a través de él, plasman lo dramático de la historia.
Estoy abierto a historias originales, pero las novelas suelen ser mejores que los guiones. Un guión de cine me resulta más falso: la novela suele estar más y mejor trabajada. Pero, en el fondo, quién escriba la historia es lo de menos: cuando filmas algo empiezas tu propio viaje, lo cambias todo, adaptándolo a tu propia persona. Cuando Eileen Chang escribió
Efectivamente, es una tortura sublime. El amor, cuando sólo es agradable, resulta superficial. Sólo cuando al amar sientes dolor lo percibes como algo potente, real.
No, no había sentido nada tan intenso. Pero en cuanto lo leí supe que, además de a mí, también le interesaría al público. También me gustó contar cómo una chica buena termina volviéndose mala, porque soy un poco así: un chico bueno que, gracias al cine, puede hacer cosas horribles. Mis personajes hacen todas las maldades que yo no puedo, pero es algo que se sabe desde Shakespeare: los villanos, siempre, tienen los mejores diálogos.
Rodar sexo, sin duda. Para mí, como para muchos chinos reprimidos, volar es fácil: me imaginaba volando cada vez que me prohibían hacer algo. Rodar sexo es más difícil, pero me gusta... ¡hasta las peleas de
Por supuesto. Efectivamente,
¿Y Wong Kar Wai? Es el otro director asiático de referencia y su actor fetiche, Tony Leung, protagoniza Peligro, Deseo...
En este caso ocurre todo lo contrario. Respeto mucho su trabajo pero no quería que el público, viendo a Leung engominado y con una chica del brazo, pensara en las obras de Wong Kar Wai.
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