El nacionalismo corso, a un paso de refrendar su poder

  • Es la primera vuelta de unos comicios en los que se vota al Ejecutivo que a partir de enero gobernará sobre la colectividad única de la región.
  • La coalicción de Gilles Simeoni y Jean Guy Talamoni consigue el 45,36% de los votos.
  • Gana la coalición entre autonomistas e indepdenentistas, que mejorarían los resultados de los comicios de hace dos años.
  • La lista apoyada por el presidente Macron quedaría en quinto lugar.
Imagen del edificio del Grand Hôtel Continental, sede actual de la Asamblea de Córcega.
Imagen del edificio del Grand Hôtel Continental, sede actual de la Asamblea de Córcega.
LEECOHEN / WIKIPEDIA
Imagen del edificio del Grand Hôtel Continental, sede actual de la Asamblea de Córcega.

El nacionalismo corso se situó este domingo en posición privilegiada para refrendar el poder alcanzado por primera vez en diciembre de 2015, tras arrasar en la primera vuelta de las elecciones regionales de Córcega con el 45,36 % de los votos.

La coalición del autonomista Gilles Simeoni y del independentista Jean Guy Talamoni, que reclama un estatuto de autonomía de pleno derecho en los próximos tres años con aplicación en los siguientes diez años, partía como favorita en unos comicios a los que fueron convocados 233.988 corsos.

Siete listas electorales aspiraban a gobernar sobre la nueva colectividad única, que verá la luz a partir de enero fruto de la fusión de los dos departamentos actuales de la isla, montañosa y patria natal del emperador Napoleón.

Tras hacerse con la alcaldía de Bastia en 2014, con el gobierno y la Asamblea regional en 2015 y con tres de los cuatro diputados de Córcega en las legislativas francesas del pasado junio, para los nacionalistas esta nueva cita electoral, cuya segunda vuelta se celebrará el día 10, era un espejo en el que ver el apoyo ciudadano.

"Córcega envía una señal muy fuerte a París y dice que quiere la paz y la democracia y construir una isla emancipada, para que elaboremos juntos una solución política", dijo hoy un exultante Simeoni poco después de difundirse el recuento provisional.

La independencia no está de momento en su orden del día, aunque sí dejar en manos de los corsos qué camino tomar en el futuro en esta región, que actualmente representa el 0,4 % del PIB francés.

"Tenemos toda la vida por delante para conseguirla, aunque cueste cien años. No lo haremos por nosotros, sino por nuestros hijos", dijo a EFE Jean-François Raffaelli, un elector crítico con la gestión del Ejecutivo central.

En el cuartel de campaña de la coalición nacionalista Pè a Corsica (Por Córcega), un local modesto del centro de Bastia, Talamoni había estado esperando teléfono en mano un resultado celebrado con el canto revolucionario "Sonate lu cornu", el mismo que se entonaba contra genoveses y luego contra franceses antes de su anexión en 1768.

Banderas corsas y aplausos acompañaron igualmente el triunfo de un movimiento que confía en que el impulso de las urnas les dé la fuerza con la que negociar con París, entre otros puntos, esa autonomía, la cooficialidad de la lengua corsa o la amnistía para los llamados "presos políticos".

"Vamos a seguir dirigiéndonos a todos los corsos y no solo a los que nos han votado, porque lo que intentamos construir no es una Córcega para los nacionalistas, sino para todos", aseguró Talamoni, que dijo afrontar la segunda vuelta con determinación, pero modestia.

Socialistas y ecologistas habían estado ausentes de estos comicios que contaban con dos listas de la derecha, una centrista apoyada por el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, otra por el ultraderechista Frente Nacional, una de izquierdas y otra independentista radical.

La abstención se daba por hecho que iba a beneficiar a los nacionalistas, con una militancia más movilizada y que, según explican miembros de esa formación, queda patente por ejemplo en el mayor número de carteles electorales con los que han llenado las calles.

En 2015 rondó el 40 % y en esta ocasión se situó en el 47,83 %, atribuida a malas condiciones meteorológicas y al elevado número de comicios de los últimos dos años, que han provocado cierto cansancio en la población.

A partir de mañana comienzan las futuras alianzas y la previsible creación de un "frente republicano" con el que, según los nacionalistas, la derecha y el centrista Jean Charles Orsucci intentarán frenarles el paso.

Los dos partidos de derechas - A strada di l'avvene (14,97 %) y Voir plus grand (12,77 %)- siguieron a los nacionalistas en porcentaje de votos, mientras que se quedaron por debajo del 7 % mínimo el independentista radical, el ultraderechista y la formación de izquierdas.

¿Está Córcega preparada para ser independiente?

"Hay más cámaras que gente", dijo un votante sorprendido de la expectación suscitada por ambos candidatos, que quieren conseguir en tres años un estatuto de autonomía pleno y aplicarlo en los siguientes diez, antes de dejar que la población decida hacia dónde ir después.

Córcega "necesita que se ocupen de ella", explicó Daniel Antoniotti, otro de los que acudieron a depositar su voto, para quien la isla todavía no está preparada para asumir la independencia.

"Somos un poco los parientes pobres de Francia, hay que decir las cosas como son, y esperamos que ahora una nueva asamblea se tome las cosas en serio", agregó el hombre, de 73 años de edad.

La campaña se inició el pasado 20 de noviembre y, según coinciden muchos corsos, ha sido "floja".

Para los corsos es su cuarta convocatoria electoral, tras las regionales de 2015, las presidenciales de mayo del año pasado y las legislativas de junio, en las que los nacionalistas consiguieron tres de los cuatro diputados que correspondían a Córcega.

"Es importante venir a votar todas las veces", recalca pese a todo otro votante, Jean-François Raffaelli, crítico con que París decida por "gente que vive a 1.000 kilómetros".

Los corsos, añade, tienen "toda la vida por delante" para conseguir la independencia, "aunque cueste 100 años": "No lo haremos por nosotros, sino por nuestros hijos. La libertad no se pide, se toma", dice Rafaelli, que precisa que, superadas cuatro décadas de lucha armada que dejó decenas de víctimas mortales, la vía "solo puede ser democrática".

Los nacionalistas no descartan que un pacto entre las dos listas de la derecha y la del centrista Jean Charles Orsucci, apoyado por el partido del presidente, Emmanuel Macron, intente pararles los pies.

Las ideas de Orsucci encuentran su eco en votantes como el sexagenario Franceschi Leccia, quien defiende que una autonomía es deseable siempre y cuando se enmarque "en el seno del Estado" francés, porque en su opinión Córcega carece de los medios para plantearse otras alternativas.

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