Se ha acabado el que incluso cuando la calidad del aire es peor, todo tipo de vehículos puedan desplazarse por el área metropolitana de Barcelona. A partir de este viernes, los más contaminantes, el 14%, durante los episodios de contaminación no podrán circular por la llamada Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que comprende el área de la capital catalana rodeada por las rondas –excluidas– y puntos de Sant Adrià del Besòs, L'Hospitalet, Cornellà y Esplugues de Llobregat. Con esta medida, la Generalitat prevé que se reduzcan un 18% las emisiones urbanas de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión.

La prohibición afectará las furgonetas anteriores a Euro 1 y a los turismos sin los requisitos para obtener la etiqueta ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT), que son los de gasolina de antes del año 2000 y los diesel anteriores a 2006. Los conductores de coches que cumplan las condiciones pero no tengan todavía este distintivo podrán circular por la ZBE sin problemas, puesto que se los identificará a través de la matrícula. Por otro lado, las personas con discapacidades estarán exentas de las prohibiciones.

La Generalitat avisará de los episodios de contaminación con 48 horas de antelación a las administraciones, los operadores de transporte público y los ciudadanos. Pasadas 24 horas, hará otra evaluación y si perduran las mismas condiciones, lo comunicará para que el día siguiente se pongan en marcha las restricciones de tráfico previstas. Estas estarán activas de las 7 a las 20 horas los días laborables, hasta que la situación excepcional acabe.

Como contrapartida, se reforzará el transporte público. A las horas punta, el metro contará con más trenes y en la red de buses funcionarán alrededor de 60 más. Por otro lado, será posible comprar la T-Aire, una tarjeta de dos viajes para los días de episodio de contaminación que costará 1,80 euros. Esta se sumará a la T-Verde, que permite viajar gratuitamente durante tres años a los ciudadanos que desguacen un vehículo contaminante y no compren otro.

A partir de 2020, los vehículos más contaminantes no podrán circular nunca por la ZBE, tanto si hay episodios de polución como si no. Además, desde 2019 tendrán vetado el paso por las carreteras de la Generalitat del área metropolitana.

La Plataforma por la Calidad del Aire (PQA) y expertos de la UOC consideran insuficiente que las restricciones sólo se apliquen en caso de episodio de polución. Desde la PQA apuntan, además, que las etiquetas de la DGT "no tienen en cuenta el fraude" de los nuevos vehículos diesel, "más contaminantes en NO2 que los de gasolina viejos".

Jordi Bañeras es cardiólogo del Hospital Vall de Hebrón y autor de un estudio que vincula los picos de contaminación con el aumento de los ataques de corazón más graves en personas con riesgo.

¿Cuál es la fortaleza de su estudio frente a los ya existentes?

Se han hecho sólo siete estudios en el mundo con la misma premisa con resultados muy diversos porque los datos se extrajeron de áreas geográficas muy grandes (como por ejemplo todo el Reino Unido). El nuestro se centra en un área muy pequeña (Barcelona), donde hemos tenido en cuenta los datos pero también las ubicaciones de las 11 estaciones de medición de contaminación existentes. Hay áreas más expuestas a la polución que otras. De aquí que nuestros resultados sean contundentes.

¿Cuál ha sido la principal conclusión?

Demostrar una hipótesis no testada antes: que si hay un pico de contaminación en la ciudad de cinco a tres días antes de que el paciente sufra el infarto, el efecto es acumulativo, por lo que el infarto es más grave. Confirmamos por primera vez que la contaminación favorece las fibrilaciones ventriculares, una arritmia letal.

¿Qué papel ha jugado el Código de Infarto de Miocardio, que recoge los ataques de corazón en Cataluña?

Los 4.141 infartos que hemos testado han sido comprobados por cardiólogos. Con una prueba de cateterismo se confirma que la arteria coronaria está totalmente taponada (los ataques más graves). El registro recoge a más de 36.000 enfermos fichados al área metropolitana.

Con menos contaminación...

Si un contaminante a 30 microgramos por metro cúbico lo bajamos en 10 unidades, podríamos evitar 19 infartos el año.

Marc Iglesias, responsable de productos de movilidad limpia del Área Metropolitana de Barcelona (AMB)

"La mala calidad del aire y los múltiples efectos sobre nuestra salud son una realidad compartida y entendida por todos. Se ha comprobado que la contribución del transporte sobre la contaminación atmosférica llega hasta el 70% en las zonas más densas del área metropolitana.

Conocedores como somos de esta problemática, es la hora de poner en práctica respuestas efectivas. Hay que potenciar la movilidad activa (a pie y en bicicleta), favorecer el uso del transporte público y un uso más racional y ambientalmente sostenible del vehículo privado.

En este último punto, la ZBE en el ámbito de las rondas de Barcelona, en sintonía con lo que ya han hecho más de 220 ciudades de Europa, acontece una medida fundamental si el compromiso por la mejora de la calidad del aire y de la salud de nuestros conciudadanos es inequívoco".