En el momento del parto hay una razón para recibir anestesia (evitar el dolor) y tres para quedarse sin ella: rechazarla, contraindicaciones médicas y llegar demasiado tarde al hospital. En ACoruña, cada semana una media de 20 parturientas se encuentran en una de estas tres situaciones y dan a luz sin ningún paliativo.

Según las estadísticas del Sergas,  el 20% de los partos registrados en el hospital Materno Infantil se hicieron por cesárea. Otro 72,2% fueron asistencias normales y con anestesia epidural. El 7,8% restante se trata de mujeres que trajeron a su bebé al mundo con dolor: unas 20 al mes, es decir, más de 240 al año.

«Maldición divina»

Aunque el Materno no dispone de registros sobre las razones por las que no se pone la epidural, los casos de rechazo expreso de la madre son los menos. «La mayoría la quiere, porque es otra manera de dar a luz, en que la maldición divina no se nota», asegura el doctor José Luis Gómez Parga, jefe del Servicio de Ginecología del Materno Infantil.

Yaunque la mayoría de las parturientas coruñesas  opte por la epidural, también hay una minoría que opta por el parto natural, duela lo que duela.

Para ellas, y para incentivar esta modalidad de dar a luz, el Sergas está desarrollando un plan de parto natural en bañeras. Se pretende es mejorar la comodidad de la madre y amortiguar el dolor sin usar medicamentos.

Pero estas técnicas naturales aún no están a disposición de las embarazadas que acudan al Materno. Por el momento, sólo se ha habilitado un centro por provincial. El coruñés es el de Cee.

Aunque el doctor Gómez Parga asegura que la mayoría de las parturientas quieren anestesia, querer no es poder. Las hay que no desean sufrir, pero que cuando llegan al hospital el parto ya está tan avanzado que la anestesia sería inútil, porque no empezaría a hacer efecto hasta después del nacimiento.

En otros casos, da igual la prisa que se dé la madre en llegar al hospital. Infecciones, rechazos a la anestesia y otros problemas impiden recibir la epidural.

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