Jan Fabre ajusta cuentas en Madrid con el 'vergonzoso pasado colonial belga'

  • 'Tributo al Bosco en Congo' podrá verse en la Galería Javier López y Fer Francés de Madrid hasta febrero.
  • Se trata de obras de gran formato (dos de ellas son trípticos) para las que ha utilizado miles de carcasas de escarabajos joya.
  • Algunas de ellas se inspiran en 'El jardín de las delicias' de El Bosco.
  • Artista multidisciplinar, en enero estrenará en Teatros del Canal su performance de 24 horas 'Monte Olimpo'.
Jan Fabre. The Delight of the Belgian Arms Factory, 2012. Obra incluida en la exposición 'Tributo al Bosco en Congo' en la Galería Javier López y Fer Francés.
Jan Fabre. The Delight of the Belgian Arms Factory, 2012. Obra incluida en la exposición 'Tributo al Bosco en Congo' en la Galería Javier López y Fer Francés.
JAN FABRE
Jan Fabre. The Delight of the Belgian Arms Factory, 2012. Obra incluida en la exposición 'Tributo al Bosco en Congo' en la Galería Javier López y Fer Francés.

En 1984, con tan solo 26 años, el artista multidisciplinar Jan Fabre (Amberes, 1958) era seleccionado para representar a su país en la Bienal de Venecia. Este 2017, con 40 años de experiencia a sus espaldas, manifestaba en este mismo lugar en una entrevista para el diario ABC: "uno tarda una vida en convertirse en un artista joven". Y explicaba esta afirmación de esta manera: "Con el tiempo, te vuelves más joven porque te haces más libre. Cuando eres joven, tu ambición es entrar en un gran museo. Estás predeterminado. Yo ya he hecho exposiciones en grandes museos, performances en grandes teatros. Cuando envejeces, la ambición se interioriza, se proyecta más en la obra. Por esa razón, te vuelves más creativo y libre para trabajar, para correr riesgos, para experimentar".

Con esta libertad creativa que ofrece la veteranía y entendiendo siempre el arte como una experiencia interdisciplinar (ha practicado sin prejuicios el dibujo, la escultura, la performance, el teatro o el vídeo), Fabre recala en Madrid esta semana para presentar su primera exposición individual en la Galería Javier López y Fer Francés: Tributo al Bosco en Congo.

Curiosamente, el otoño ha llegado cargado de numerosas referencias al artista en nuestro país. Como dramaturgo, estrenó Belgian Rules en el Teatro Central de Sevilla el pasado 27 de octubre, también se ha editado en España su Diario nocturno (en concreto, los volúmenes correspondientes a los años 1978-1984 y 1985-1991); y para poner el broche de oro, el próximo mes de enero, se representará en los Teatros del Canal de Madrid la performance de 24 horas Monte Olimpo (12-13 de enero).

Para esta muestra, que podemos ver en la capital hasta el próximo 7 de febrero, se han seleccionado una quincena de sus impresionantes mosaicos pertenecientes a las series Tributo al Congo Belga y Tributo al Bosco en Congo. Obras imponentes por su gran formato (dos de ellas son trípticos) y que impactan por el material en el que están realizados: miles de carcasas de escarabajos joya, que provocan un juego de tonalidades sorprendente dominado por el verde.

Sin embargo, tras todo ese brillo, luminiscencia y grandiosidad se esconde una dura crítica. La que el artista hace al que considera 'vergonzoso pasado colonial' de su país, un ataque frontal a las políticas aplicadas en la República del Congo a finales del siglo XIX bajo el reinado de Leopoldo II.

La huella de El Bosco

"Estos dos ciclos iconográficos suponen un lamento visual sobre la injusticia, la violencia sin sentido y la indiferencia culpable, que tristemente siguen estando presentes en nuestro mundo actual. Los títulos dan idea de las circunstancias del Congo Belga en aquella época: la explotación sistemática del país y sus riquezas (marfil, oro y diamantes), la brutal crueldad ejercida para esclavizar y someter a los africanos de color, la avaricia de los funcionarios coloniales blancos hambrientos de multiplicar su riqueza personal", explican desde la galería.

A todo ello se suma además el homenaje de Fabre al Bosco, de quien ha elegido El jardín de las delicias como inspiración para este tributo. De esta manera el autor establece paralelismos entre las escenas fantásticas y terroríficas del tríptico del Museo del Prado y los hechos reales que sucedieron en el Congo entre 1885 y 1908, cuando esa región era propiedad privada del monarca belga. Fabre aísla y amplía algunos de los detalles del Bosco hasta convertirlos en tema principal: figuras masculinas desnudas patinando, novicias con semblante porcino, hombres con cabeza de rana, dentro de conchas gigantes o con un huevo sobre ellos... La exposición se completa con obras escultóricas realizadas en el mismo material, diferentes alas de escarabajos en tonos más oscuros que al cubrir las calaveras les dan un valor de reliquia o de objeto ritual.

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