El brexit ya está teniendo sus consecuencias en los precios y en el consumo en Reino Unido. Un buen ejemplo es Ikea: la compañía sueca ha decidido aumentar algunos de los precios -llegando incluso al 4% de subida- ante la salida del país de la Unión Europea, tal como adelanta Bloomberg.

Los costes para la empresa serán mayores una vez que los británicos ya no formen parte de la coyuntura comunitaria y por eso, explican, "era necesario adaptar los precios".

Se esperaba incluso que esos aumentos de precios llegasen a ser de un 14% pero Ikea ha sido capaz de llegar a acuerdos con los proveedores minoristas para limitarlos a un valor bastante inferior.

En el Reino Unido, las ventas de Ikea aumentaron un 5,8%, impulsadas por dos nuevas aperturas de tiendas. En general, las ventas minoristas anuales de Ikea aumentaron un 3,6% a 34.100 millones de euros, impulsadas por el crecimiento en China, Alemania, Canadá y Polonia.