Estos rastros asturianos se conservan en un bloque de arenisca recuperado en octubre de 2016 en los acantilados de Villaverde, en Villaviciosa, según han informado este lunes en nota de prensa desde el MUJA.
Uno de ellos está formado por seis icnitas (tres pertenecientes a las manos y tres a los pies) y el otro está compuesto por siete huellas (cuatro de manos y tres de pies). Este último, producido por un individuo de mayor tamaño que el primero, dejó impresa su cola en el sustrato, evidenciada por una marca sinuosa que aparece en el espacio existente entre las huellas del lado derecho e izquierdo.
Las características de estas huellas permiten asignarlas a lagartos, representando la única evidencia de rastros de lagartos en el Jurásico Superior a nivel mundial, y clasificarlas dentro del icnogénero Rhynchosauroides, convirtiéndose así en la referencia más moderna de este icnogénero en el registro fósil. En la actualidad el equipo científico del MUJA está preparando un artículo más extenso para publicar en una revista de ámbito internacional.
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