Lo que diferencia un número del Cirque du Soleil del número de cualquier otro espectáculo circense es cómo se adornan los números: música, voz, vestuario, escena, colores, plasticidad... son la marca del Cirque du Soleil y en éso no es una excepción Totem, el espectáculo que estrena ahora en España la compañía canadiense.

El argumento de Totem se describe como un viaje por la evolución humana. "Con escenas de la historia de la evolución unidas entre sí al azar para formar una cadena, Totem regresa a los inicios de la vida orgánica en el caldo primigenio. Presentando neandertales, cromañones primates y hombres con traje, entre otros, el espectáculo representa un mundo de caracteres arquetípicos", según describen sus responsables.

Totem llega a nuestro país como un espectáculo consolidado, pues no en vano se estrenó en Montreal (Canadá) en 2010 y ya lo han visto cerca de 4,8 millones de personas en las 2.300 ocasiones en las que se ha representado. Este espectáculo ha pasado ya por 38 ciudades de todo el mundo, a las que se suma Madrid (Escenario Puerta del Ángel, hasta el 14 de enero) y a la que le seguirán Sevilla (25 enero-4 de marzo), Barcelona (23 marzo - 15 abril en el districte Cultural L’Hospitalet), Málaga (1 de junio - 1 de julio) y Alicante (20 de julio - 19 de agosto).

Cada uno de los números de acrobacia, comedia, teatro o canto está tematizado por la escenografía y el vestuario. Por ejemplo, en la escena inicial el pantano está poblado de peces y ranas. El vestuario de los artistas que dan vida a esos animales llevan unos trajes cuyos estampados y colores derivan de peces y ranas reales, incluida la rana más venenosa de la selva del Amazonas.

Una de las novedades de Totem es la utilización de la última tecnología escénica. A un gigantesco esqueleto de tortuga que pesa 1.225 kg y un puente retráctil que puede adoptar diversas formas, se une un sistema de proyecciones que gracias a cámaras infrarrojas situadas bajo el escenario y alrededor del pantano, detecta los movimientos de los artistas y produce efectos cinéticos como ondas, salpicaduras y reflejos en el agua y o en las llamas que cubren el escenario.

Las imágenes de las proyecciones proceden de la naturaleza y se filmaron expresamente para esta producción en diversas partes del mundo, como Islandia, Hawái y Guatemala. Incluso las imágenes de la lava hirviendo fueron filmadas por Pedro Pires, diseñador de contenido de imágenes de Totem.

Experimentos físicos, números aéreos, cómicos, de equilibrio, de malabarismo con aros y sobre monociclos de dos metros de altura, anillas, diávolos, trapecio fijo, patinaje, barras rusas, escalada o contorsión son algunas de las disciplinas que pueden verse en Totem, todo revestido de esa historia de la evolución que homenajea además al cuerpo humano.

Sin embargo, el Totem que podrá verse ahora no es el mismo que se estrenó en 2010. Tal y como explican los responsables del espectáculo "se incorporan constantemente pequeños cambios en las representaciones para mantenerlas frescas y vivas para el reparto, el equipo y el público que las experimenta por primera vez".

Este espectáculo es la segunda colaboración del Cirque du Soleil con el director de cine y escena canadiense Robert Lepage, responsable también de KÀ, el espectáculo permanente del Cirque du Soleil en Las Vegas (EE UU). Para llevarlo a cabo se necesitan 46 acróbatas, actores, músicos y cantantes procedentes de 16 países, incluida España, de donde son originarios la patinadora Denise Gracia-Sorta y el director musical, el sevillano Alejandro Romero. A ellos se unen los 70 técnicos (27 de ellos técnicos de escena que trabajan durante la representación) y empleados que dan soporte al espectáculo.

Como decíamos, el preciosismo en el vestuario es una de las cosas más características del Cirque du Soleil, lo que aporta el halo de acuarela en movimiento que tienen los montajes del Cirque. Totem no es una excepción y para muestra un botón: el Hombre de cristal, un personaje omnipresente durante el espectáculo y que representa la fuerza de la vida, lleva un traje cubierto por unos 4.500 componentes reflectantes.

Seis personas del equipo técnico se ocupan de mantener en condiciones las 750 piezas de vestuario que se utilizan (duplicadas, en total, unas 1500). Trajes, monos, accesorios... que se revisan dos veces antes de cada función y que están hechos a medida para cada artista.

Si Totem es un viaje por la evolución humana, su música es la vía por la que ese camino circula, un viaje paralelo que incluye estilos muy étnicos, africanos, de los nativos americanos, "pero también funky y bossa nova y un poco de flamenco", según explica Alejandro Romero, sevillano de 37 años y director musical.

Romero, que lleva con el Cirque du Soleil desde 2010 (y que se enamoró de la compañía en 2004, tras ver Saltimbanco) y ya ha trabajado en tres montajes, asegura que el sonido es uno de los elementos diferenciadores de Totem respecto a otros montajes de la compañía canadiense, junto al color y la luz. "Cada número es especial y te deja con la boca abierta", promete. La música de Totem, creada por Bob & Bill (Guy Dubuc and Marc Lessard) es interpretada por ocho músicos que interactúan con los artistas y el espectáculo.

Tótem se representa bajo la tradicional carpa blanca del Cirque du Soleil, que con sus 19 metros de altura y 51 metros de diámetro puede albergar a más de 2.500 espectadores. A este respecto, Totem se considera la primera producción híbrida del Cirque du Soleil, pues puede representarse tanto en carpa como en teatros.