Sucedió el pasado 28 de octubre en Virginia. Una mujer en bicicleta alzó el dedo en un gesto muy poco respetuoso al paso de la procesión de coches que acompaña a Donald Trump.
El momento, capturado en forma de foto sin que la protagonista se diera cuenta, se volvió viral en redes sociales, pero lo que podía haber quedado en una anécdota tuvo consecuencias mucho más serias.
Juli Briskman, la mujer que pedaleaba junto al presidente de EE UU y su cohorte, asegura que fue despedida por la empresa en la que trabajaba, Akima LLC, tras subir la imagen a sus redes sociales.
Briskman sostiene que fue llamada a una reunión por parte del departamento de recursos humanos justo un día después de reconocer a sus empleadores que, efectivamente, ella era la persona que aparecía en la imagen. En aquella reunión sus superiores tacharon de "obsceno" y "lascivo" su gesto hacia Trump.
Esta mujer de 50 años, madre de dos hijos, ha destacado que Akima es una empresa que tiene contratos del gobierno estadounidense y que temían que la foto dañara sus intereses.
En declaraciones al Huffington Post, Briskman ha asegurado que no se arrepiente de nada: "Estoy enfadada por cómo está nuestro país en este momento. Estoy horrorizada. Esta fue mi oportunidad para decir algo al respecto".
Lone cyclist responds to @POTUS motorcade shortly after departing Trump National Golf Club in Sterling, Va. (Photo: @b_smialowski/@AFP) pic.twitter.com/MKM1kVIyTY
— Steve Herman (@W7VOA) 29 de octubre de 2017
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