Una jueza dicta el arresto domiciliario del exjefe de campaña de Trump

  • Manafort y su exsocio Rick Gates se han entregado al FBI a primera hora del lunes.
  • Posteriormente, se han declarado no culpables de todos los cargos, entre los que destaca el delito de "conspiración contra Estados Unidos".
  • Estos son los primeros cargos presentados en la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016.
  • El exjefe de campaña de Trump dimitió de su cargo en agosto de 2016 después de salir a la luz sus negocios ocultos.
Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump.
Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump.
TASOS KATOPODIS / EFE
Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump.

Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente de EE UU, Donald Trump, y su exsocio Rick Gates se han declarado no culpables de los 12 cargos presentados en su contra dentro de la investigación por la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016. Manafort y Gates han comparecido este lunes ante la jueza Deborah A. Robinson de la Corte del Distrito de Columbia y, en una breve audiencia, sus abogados indicaron que los dos se declaran no culpables de todos los cargos, entre los que destaca el delito de "conspiración contra Estados Unidos".

Los abogados del Gobierno consideraron que Manafort y Gates podrían fugarse ante la gravedad de los cargos en su contra y, por ello, pidieron a la magistrada que les ponga bajo régimen de arresto domiciliario con permiso solo para ver a sus abogados y para acudir a citas médicas. Además, los letrados del Gobierno pidieron a Manafort y Gates que depositen una fianza de 10 y cinco millones de dólares, respectivamente, ante un posible riesgo de fuga.

La jueza ordenó la reclusión en régimen de arresto domiciliario para Paul Manafort, a quien se le fijará una fianza de diez millones de dólares si infringe las condiciones de su reclusión.

La magistrada retiró el pasaporte a Manafort y determinó que el acusado solo podrá salir de su vivienda para comparecer ante la corte, reunirse con su abogado y acudir a citas médicas o a actividades religiosas.

Rick Gates, por su parte, también tendrá que permanecer bajo arresto domiciliario y, si infringe las condiciones de detención, deberá depositar una fianza de cinco millones de dólares, según fijó la jueza.

Los doce cargos contra Manafort y Gates, aprobados por un gran jurado federal en Washington el pasado viernes, son los primeros dentro de la investigación que lidera el fiscal especial Robert Mueller desde mayo sobre la supuesta intromisión rusa en las elecciones del año pasado en EE UU y si hubo coordinación entre Moscú y el equipo de Trump.

El escrito de acusación hecho público este lunes detalla que Manafort y Gates están acusados de "conspiración contra Estados Unidos" y para "lavar dinero", así como de realizar "declaraciones falsas y engañosas" y no presentar información financiera y de cuentas bancarias en el extranjero.

Manafort se unió a la campaña de Trump en marzo de 2016 y la dirigió entre mayo y agosto, cuando tuvo que dimitir tras descubrirse que había recibido 12,7 millones de dólares por asesorar al ex primer ministro prorruso de Ucrania Víktor Yanukovich. En el caso de Gates, considerado el protegido de Manafort, este siguió vinculado a la campaña y, tras las elecciones de noviembre, estuvo involucrado en la organización de los actos del traspaso de la presidencia a Trump junto con Tom Barrack, conocido amigo y asesor del magnate.

Ambos se entregaron al FBI

A primera hora de este lunes se vio a Manafort abandonar su casa a las afueras de Washington y poco después las cámaras captaban su llegada a la sede del FBI. Según los medios estadounidenses, Gates también se entregó este lunes a las autoridades.

Manafort estaba desde hace tiempo en la mira de Mueller junto con Michael Flynn, exasesor de Seguridad Nacional de Trump, pero el fiscal especial también está investigando reuniones con figuras rusas del yerno y asesor del presidente, Jared Kushner, y otra en la que participó el hijo mayor del magnate, Donald Jr.

Asimismo, Mueller busca determinar si Trump incurrió en obstrucción de la Justicia cuando despidió en mayo al entonces director del FBI, James Comey, quien dirigía la investigación de la trama rusa.

La inteligencia estadounidense ha concluido que Rusia trató de interferir en las elecciones de EE UU a favor de Trump, algo negado rotundamente por el Kremlin y cuestionado reiteradamente por el mandatario.

Manafort y la trama rusa

El paso de Manafort por el equipo de campaña del actual presidente duró apenas unos meses, puesto que tuvo que hacerse a un lado al saberse que estaba siendo investigado en Ucrania por recibir pagos de un partido prorruso. Fue el diario The New York Times el que le puso contra las cuerdas, apenas un par de meses antes de los comicios, al asegurar que Manafort estaba en una lista de pagos en sobres mantenida por el Partido de las Regiones del expresidente ucraniano Víctor Yanukóvich, aliado del Kremlin.

En ella aparecían supuestos pagos en efectivo al asesor entre 2007 y 2012 por un valor de 12,7 millones de dólares, que elevaban los temores sobre los intentos de que el Gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin, pudiera estar interfiriendo de algún modo en las elecciones presidenciales.

El nombre de Manafort volvió a convertirse en una china en el zapato del presidente cuando su hijo mayor, Donald Trump Jr., confesó haber mantenido en junio de 2016 una reunión con la abogada rusa Natalia Veselnitskaya a la que el asesor había asistido en calidad de director de campaña. Según confesó el vástago del presidente, el objetivo de esa reunión era obtener información comprometedora para dañar a la entonces candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton.

Una vez más, el nombre de Manafort volvía a aparecer en el centro de las sospechosas conexiones entre Moscú y la campaña del presidente Trump. "Nunca he tenido ninguna conexión con (el presidente Vladimir) Putin ni con el Gobierno ruso antes, durante o después de la campaña", dijo entonces un Manafort que comenzaba a verse en el centro de demasiadas sospechas.

Tras décadas moviéndose entre las sombras de los bastidores del poder, Manafort ha decidido finalmente entregarse a las autoridades y enfrentarse a cara descubierta a las acusaciones que le sitúan en el centro de una investigación que podría hacer temblar los cimientos de la Casa Blanca.

La reacción de Trump

Tras conocerse la noticia, Trump ha asegurado en su cuenta de Twitter que los cargos contra su exjefe de campaña se refieren "a años atrás", y ha rechazado de nuevo estar involucrado en "ninguna conspiración" con Rusia.

Lo cierto es que en el escrito de imputación de 31 páginas contra Manafort y Gates no hay ninguna mención a una supuesta "conspiración" entre el equipo del magnate y Rusia, sino que los cargos están relacionados con los amplios lazos financieros que ambos mantuvieron con líderes prorrusos en Ucrania.

Durante todo el fin de semana, Trump ha vuelto a tachar en Twitter de "caza de brujas" la investigación de Mueller sobre sus supuestos lazos con Rusia y ha pedido que se "haga algo" contra las irregularidades que, según él, cometió Clinton.

En sus tuits de este lunes, Trump insistió en preguntar "por qué" no son Clinton y los demócratas el "centro" de las investigaciones, tras conocerse que financiaron en 2016 una investigación privada para encontrar información que relacionara al magnate con Rusia. Esa investigación dio como resultado un dossier lleno de sórdidos detalles no corroborados sobre el ahora presidente.

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