La pionera de la performance Esther Ferrer muestra en una exposición 'el hilo de su vida'

  • El Reina Sofía dedica una retrospectiva a la artista donostiarra que abarca toda su carrera desde los años 60.
  • Fue miembro del conocido colectivo ZAJ, activo desde 1967 a 1996.
  • Podrá verse en el Palacio de Velázquez hasta el 25 de febrero.
Música celestial (serie El Libro del Sexo), 1983. Gelatina de plata, hilo y letraset. Collection Maison Européenne de la Photographie, París.
Música celestial (serie El Libro del Sexo), 1983. Gelatina de plata, hilo y letraset. Collection Maison Européenne de la Photographie, París.
ESTHER FERRER
Música celestial (serie El Libro del Sexo), 1983. Gelatina de plata, hilo y letraset. Collection Maison Européenne de la Photographie, París.

La carrera de Esther Ferrer, ha sido la de una vida dedicada en cuerpo y alma al arte. Por este mismo motivo, la artista define de esta manera la exposición que ahora le dedica el Museo Reina Sofía: "Esta exposición es el hilo de mi vida, aunque no tiene toda mi vida. Todo lo que hago responde a un momento de mi vida: mis intereses, mis necesidades, mi buen o mal humor... En esta exposición está ese hilo".

Esta creadora donostiarra (San Sebastián, 1937) fue pionera (y ahora ya toda una institución) del arte de la performance en nuestro país. Con ella representó a España en la Bienal de Venecia; y gracias a ella también fue galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2008. Y todo ello, siendo maestra del género menos popular y el más difícil de digerir.

En activo desde los años 60, desarrolló gran parte de su carrera con el conocido colectivo ZAJ (al que ya el Reina Sofía dedicó una exposición hace dos décadas) y junto al resto de sus miembros (Walter Marchetti, Ramón Barce y Juan Hidalgo) mantuvo una intensa actividad entre 1967 y 1996. Todos ellos fueron deudores del movimiento Fluxus pero, sobre todo, del compositor estadounidense John Cage, de quien adoptaron la importancia del azar, los vacíos y el silencio en la producción de toda obra.

La retrospectiva que llega ahora al Palacio de Velázquez del Retiro (una de las sedes del Reina) y titulada Todas las variaciones son válidas, incluida esta realiza un intenso recorrido por toda su carrera e incluye, además de performances e instalaciones, una serie de proyectos plásticos, trabajos preparatorios y documentación de las principales acciones en fotografías y vídeos.

No es, sin embargo, un trayecto que se haga denso a pesar de que la performance siempre requiera de una mayor atención y capacidad de interpretación por parte del espectador. "Es una exposición que respira, aireada, no hay nada agobiante ni nada que te exija nada, es como pasearse en el aire", dice Ferrer.

La repetición y el feminismo, base de su creación

Sin seguir un orden cronológico en el palacio se dan cita todas sus obsesiones, aquellos temas que han marcado el desarrollo de su proceso creativo. Uno de los más importantes el espacio/tiempo que abarca obras plásticas, piezas sonoras, vídeos, secuencias de fotografías o instalaciones como la creada para el suelo central del Palacio a partir de un nuevo dibujo de la serie Poema de los números primos. De la misma forma en El tiempo pasa (los días), Autorretrato en el espacio y Autorretrato en el tiempo, donde la artista va ensamblando imágenes simétricas de su rostro de diferentes etapas de su vida.

Otro elemento fundamental es el recurso de la repetición, de la que explora "las potencialidades metodológicas, conceptuales, narrativo-discursivas e incluso políticas". Es el caso de Un espacio es para atravesarlo, Recorrer un cuadrado de todas las formas posibles o TA, TE, TI, TO, TU. Y por supuesto, está el feminismo, que se hace especialmente explícito en performances como la serie Accciones corporales o los Juguetes educativos, con falos insertados en armas. "Soy feminista mientras sea necesario y me encantaría que no lo fuera porque es muy incómodo", subraya la artista.

El espectador es importante no solo por lo que ve y cómo lo ve. "En mi obra lo que ves es lo que es... lo que puede haber detrás lo pone cada espectador". Por eso durante el tiempo que la exposición esté abierta hasta el 25 de febrero, todos los días de 11.00 a 17.00 horas el público podrá "activar" una serie de acciones o dejarse guiar por los mediadores que estarán presentes en las salas, siguiendo las partituras (instrucciones de uso de las performances). De ahí, el título de la exposición: todas las variaciones son válidas, incluida esta.

El programa incluye también conciertos, Le fils des étoiles (concierto interpretado en la obra Piano Satie) y Concierto ZAJ para 60 voces, y diversas performances, El arte de la performance: teoría y práctica (1) y (2), TA, TE, TI, TO, TU y Les voy a contar mi vida.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento