Desarticulada una banda que colocaba dispositivos de seguimiento en coches para asaltarlos

  • El operativo policial empezó el 231 de mayo y acabó el 21 de septiembre con la detención de nueve personas.
  • Se les acusa de tres robos con violencia e intimidación y de un delito contra la salud pública.
Armas intervenidas por los Mossos d'Esquadra.
Armas intervenidas por los Mossos d'Esquadra.
ACN
Armas intervenidas por los Mossos d'Esquadra.

Los Mossos d'Esquadra han desarticulado una banda criminal que utilizaba dispositivos electrónicos para seguir empresarios para asaltarlos con violencia. Para cometer los robos utilizaban vehículos que habían sustraído previamente e intimidaban las víctimas con armas de fuego. En algunas ocasiones hacían uso de chalecos, placas y prendas de ropa de diferentes cuerpos policiales para hacerse pasar por agentes.

El operativo policial empezó el 21 de mayo y acabó el 21 de septiembre con la detención en Barberà del Vallès, Sabadell y Barcelona de nueve personas de edades comprendidas entre los 26 y los 43 años, a quienes se les acusa de tres robos con violencia e intimidación y de un delito contra la salud pública. Todos los arrestados pasaron a disposición judicial el 23 de septiembre y el juez decretó el ingreso a prisión para los tres líderes de la organización y libertad con cargos para el resto.

Los Mossos iniciaron la investigación el 21 de mayo cuando supieron que dos personas habían sufrido un robo violento en el interior del parking de un edificio de Barcelona cuando estacionaban su vehículo. Los tres asaltantes se llevaron 12.000 euros en metálico y otros objetos de valor de las víctimas. El dinero eran parte de la recaudación de una fiesta que habían organizado en un local de ocio nocturno, puesto que una de las víctimas era un empresario dedicado a la gestión de actas musicales a escala internacional.

Los investigadores descubrieron que los autores del robo habían colocado un dispositivo de control al vehículo de las víctimas para poder hacer un seguimiento de los desplazamientos que hacían y su posición.

Gracias a las indagaciones policiales se acreditó que los asaltantes eran miembros de una organización criminal especializada en los robos violentos. El grupo tenía una estructura jerárquica y una distribución de roles perfectamente definida. Unos actuaban como líderes y coordinadores de los asaltos; otros se encargaban de seguir las víctimas y controlar sus desplazamientos en vehículo. Y también había miembros que se dedicaban a recoger información concreta y específica de los objetivos mediante una red de colaboradores que habían establecido, además de facilitar el material necesario para llevar a cabo los asaltos en los atracadores.

Los agentes comprobaron que la banda, antes de cometer los robos, realizaba siempre vigilancias previas y seguimientos de las víctimas aunque tuvieran una alta movilidad por todo el Estado español. Además, se había especializado en el uso de dispositivos electrónicos de seguimiento para determinar la actividad de sus víctimas y sus rutinas.

Intimidaban a las víctimas con armas de fuego reales y simuladas

Para cometer los robos los asaltantes utilizaban vehículos que previamente habían sustraído e intimidaban las víctimas con armas de fuego, reales y simuladas, y en varias ocasiones usaban chalecos, credenciales policiales simuladas y prendas de ropa de diferentes cuerpos policiales para hacerse pasar por agentes.

El 21 de septiembre se estableció un operativo policial que permitió detener nuevo miembros del grupo. El mismo día se hicieron en Barberà del Vallès, Sabadell y Barcelona siete entradas y cacheos, seis en los domicilios de los detenidos y una en un local de la organización. En los cacheos los agentes localizaron una plantación de 150 plantas de marihuana e intervinieron 540 kilos de hachís, material para sustraer vehículos, tres armas de fuego simuladas y una de real, una pistola eléctrica, defensas extensibles y varias prendas de ropa de la Guardia Civil.

A los nuevo detenidos de nacionalidades española y marroquí y de edades comprendidas entre los 26 y los 43 años se los considera autores de tres robos con violencia e intimidación y de un delito contra la salud pública.

Todos los arrestados pasaron a disposición judicial el 23 de septiembre y el juez decretó el ingreso a prisión para los tres líderes de la organización y libertad con cargos para el resto.

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