La Xunta ha vuelto a prorrogar hasta el día 12 de noviembre el dispositivo antiincendios ya ampliado con anterioridad para evitar nuevos fuegos, ante la previsión de que en los próximos días habrá tiempo seco, soleado y sin lluvias, según ha informado la conselleira do Medio Rural, Ángeles Vázquez.

Por su parte, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, ha comunicado que en los controles realizados en la mañana de este miércoles en las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa, así como en acuíferos próximos a las zonas en las que se declararon los incendios el 14 y 15 de octubre, no se ha reportado "ningún tipo de vertido".

Las conselleiras han hecho estas declaraciones durante una visita a Ventosela, en Redondela, donde han supervisado las labores de inspección encaradas a evitar el arrastre de cenizas de los incendios hacia los bancos marisqueros en esta parroquia, una de las zonas más vulnerables y donde se están centrando los controles, junto a las desembocaduras de los ríos Miñor y Verdugo.

La investigadora del Centro de Investigación Forestal de Lourizán Cristina Fernández ha sido la encargada de informar a ambas de que en estos momentos los técnicos están realizando una evaluación -mediante una recogida manual de muestras- del nivel de afección y severidad en puntos concretos del monte arrasado por los fuegos.

En relación con ello, ha explicado que "sólo en los casos más extremos" será necesario actuar, ya que hay que ver qué capacidad de regeneración tiene la vegetación, lo que "previsiblemente" se dará. En todo caso, ha sostenido que "a pesar de la presión para actuar, en realidad -van- muy adelantados" y se ha llegado a este momento "catastrófico, sabiendo qué hacer".

ACTUAR "CON SENSATEZ"

En este sentido, Vázquez ha remarcado que si no se actúa "con sensatez" y con el asesoramiento de técnicos, las actuaciones pueden resultar contraproducentes "aunque se actúe de buena fe". Por ello, ha explicado que lo primero que han hecho los profesionales ha sido parametrizar el área para tener una visión "clara" de las zonas afectadas.

Después, han empezado a recoger muestras para determinar en cada zona si el fuego pasó con rapidez -y por tanto con baja afección- o si perduró en el tiempo, así como comprobar si ese lugar ya se vio afectado en el pasado por otro incendio.

A partir de ahí, se concretará en qué zonas conviene echar paja para evitar la erosión o el arrastre de cenizas, "siempre de forma coordinada y controlada y con asesoramiento técnico", y en cuales no; y en qué lugares se deben colocar barreras geotextiles, naturales o de otro tipo.