El descuartizador de Majadahonda recurrirá su condena y alegará que "sus capacidades estaban anuladas"

Bruno Hernández Vega(d), junto a su abogado, Marcos García Montes(i), en el juicio.
Bruno Hernández Vega(d), junto a su abogado, Marcos García Montes(i), en el juicio.
EFE/Fernando Alvarado
Bruno Hernández Vega(d), junto a su abogado, Marcos García Montes(i), en el juicio.

La defensa de Bruno Hernández Vega, conocido como el descuartizador de Majadahonda, ha anunciado que recurrirá la condena a más de 27 años de prisión por matar a su tía y a su inquilina al alegar que "sus capacidades estaban anuladas"  por la esquizofrenia que padece.

El abogado Marcos García Montés ha avanzado que interpondrá en los próximos días un recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) contra la sentencia condenatoria de la Sección 30 de la Audiencia Provincial.

La defensa alegará en su escrito la nulidad de los registros y de la cadena de custodia de las picadoras pero, sobre todo, insistirá en que el condenado tenía anuladas sus facultades en el momento de los hechos -tanto en 2010 como en 2015- debido a la esquizofrenia paranoide que padece.

Precisamente este es el punto clave de todo el procedimiento y que la Audiencia madrileña despejó en su resolución al descartar que la esquizofrenia paranoide que padece el acusado, de 34 años, anulara sus facultades mentales, al no establecerse una relación entre su delirio y los asesinatos.

Sin embargo su defensa insiste en la idea contraria. "No tenía capacidad de entender ni de comprender nada, sus facultades estaban totalmente anuladas, muchos profesionales avalan esta tesis", asegura García Montes.

Por todo ello, pedirá, como ya hizo en la vista oral, que se le aplique una eximente completa y que ingrese en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent (Alicante) en vez de en una prisión convencional. Ni la Fiscalía ni la acusación particular recurrirán la sentencia al estar conforme con la misma y considerarla ajustada a Derecho, como han asegurado a Efe.

La sentencia considera probado, tal y como estableció el jurado popular, que Bruno mató su tía Liria en una fecha por determinar en 2010 y cinco años después a su inquilina Adriana, cuyos cadáveres troceó con una picadora industrial e hizo desaparecer. Los cuerpos nunca se han encontrado en el vertedero de Pinto, donde la Guardia Civil estuvo buscando durante meses.

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