Seat abre la puerta a trasladar su sede fuera de Cataluña si carece de "seguridad jurídica"

Planta de Seat en Martorell.
Planta de Seat en Martorell.
SEAT
Planta de Seat en Martorell.

Seat no se sumará de momento a las 1.394 empresas que han trasladado su sede fuera de Cataluña desde el reférendum ilegal celebrado el pasado 1 de octubre. Pero es importante remarcar esto. Que es solo de momento. "Un cambio de sede estaría motivado por la búsqueda de protección jurídica y tendría sentido cuando entendamos que ésta ya no se da en el territorio en el que estamos ubicados", aseguró hoy su presidente, Luca de Meo.

La posición de la automovilística, bastante callada durante la crisis política en Cataluña —a diferencia de otras grandes empresas como Gas Natural, Abertis o CaixaBank que sí han decidido abandonar la región— se expresa en una carta enviada hoy a los empleados a la que ha tenido acceso este medio, en la que aprovecha para transmitir un "mensaje de serenidad" ante el "creciente clima de inestabilidad e incertidumbre" por el proceso independentista.

"Hasta el momento no hemos tomado ninguna decisión porque hemos podido desarrollar nuestra actividad con normalidad", afirma el directivo italiano. Una posición que comparten otras compañías como Freixenet, Lidl o Celsa Group. Pero eso puede cambiar según los próximos pasos que tome el president catalán Carles Puigdemont.

"Interpretamos el mensaje en el sentido de que nos mantenemos como estamos y como una forma de transmitir tranquilidad a la plantilla", explican a 20minutos fuentes internas de la compañía. "Evidentemente estamos inquietos por lo que sucede, pero trasladar toda la producción en el futuro sería muy complicado, así que entendemos que la producción y el empleo están asegurados".

"Somos un reflejo de la sociedad"

Seat, filial del grupo alemán Volkswagen, es todo un pilar de la economía catalana y española. No solo es el mayor fabricante español de automóviles y el tercer mayor exportador del país (7.081 millones en venta al exterior), sino que además aporta un 1% del PIB nacional, es el mayor inversor industrial en España (3.000 millones en el último lustro), emplea a 14.500 personas de forma directa y ocupa a otros cuantos miles más de indirectos.

Sus tres centros productivos están ubicados en Cataluña  Barcelona, El Prat de Llobregat y Martorell) pero De Meo, a pesar de destacar esta "fuerte vinculación" al territorio catalán, también subraya el arraigo en toda España: fue la firma que inauguró la era del automóvil en el país. "Somos un reflejo de la sociedad, con personas de distintas procedencias, perfiles y opiniones que forman un crisol cultural que nos enriquece como empresa", dice.

El directivo italiano se hizo con el timón de Seat en 2015 —en plena vorágine por el escándalo del dieselgate en Volkswagen— y dice ser "consciente" de la importancia de Seat en Cataluña "y en el conjunto de España". Pero asegura que su ámbito natural es el mercado comunitario, al que exporta el 85% de sus ventas al exterior.

La permanencia en la UE, "imprescindible"

"Estar en Europa significa preservar nuestros intereses", argumenta. "La estabilidad política, la seguridad jurídica y la permanencia en la UE son imprescindibles para la compañía y para mantener la confianza de clientes y accionistas". En otras palabras, una independencia catalana que desembocase en una salida de la UE impactaría en la compañía y empujaría a la direación a trasladar su domicilio social fuera de la región.

Mudarse a otra región sería de "puro sentido común" si deja de haber seguridad jurídica, dice por su parte el exministro de Economía Josep Piqué, que apunta a los "costes evidentes" que la deriva independentista se está cobrando en forma de fuga de empresas. "Las empresas necesitan respeto a la ley, si no toman decisiones pensando en sus accionistas, trabajadores y clientes", señala Piqué, actualmente consejero en la automovilística española.

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