'The party', una fiesta "cruel" que refleja los desencantos de una generación de idealistas

  • La directora británica Sally Potter ha aterrizado en la 62 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) con 'The Party', una fiesta tragicómica en la que todos los seres humanos tienen un componente de "crueldad" y que refleja los desencantos de una generación de idealistas.
Valladolid.- Fotograma de 'The Party'
Valladolid.- Fotograma de 'The Party'
SEMINCI
Valladolid.- Fotograma de 'The Party'

La trama de este filme, rodado en blanco y negro, para "evitar distracciones" al espectador, se desarrolla en una casa de Londres, donde un grupo de amigos se reúne para celebrar el nombramiento de Janet como portavoz de Sanidad del partido de la oposición.

Interpretada por Kristin Scott Thomas, la protagonista es, como ya acostumbra esta edición del festival, una mujer empoderada, segura de sí misma y valiente que ha renunciado, de forma voluntaria, a formar una familia para "lograr algo grande".

Janet no para de recibir felicitaciones, mientras que su marido, Bill (Timothy Spall), un hombre aparentemente apático y ausente, intenta lidiar con el éxito de su mujer y evadirse de sus invitados al ritmo de un tocadiscos que marca el tempo del ocaso de las copas de vino.

En este sentido, la música cobra especial importancia a la hora de descifrar el carácter de Bill. A través de sus vinilos, descarna su "vida interior" y sus "anhelos", además de reflejar partes de su personalidad que ni él mismo ha sido capaz de expresar, ha señalado Potter.

A medida que Bill se deja conocer y el salón de la pareja se va llenando, cada nuevo personaje enriquece un guion tan rápido y frenético como lo fue el rodaje de la película, que se filmó en tan solo dos semanas, ha confesado Sally Potter.

La velada, aunque agitada, transcurre con cierta normalidad hasta que Bill realiza un anuncio al que siguen una serie de confesiones y reproches que derivan en una confrontación generalizada que evidencia, según la directora británica, el "clamor de tristeza" de una generación en plena "crisis" de los ideales progresistas.

FRUSTRACIÓN DE IDEALES

Todos los personajes que aparecen en esta cinta pertenecen a una porción de la población británica "cosmopolita y de izquierdas". Además, comparten, según ha explicado Potter, un "sentimiento de soledad" al que tratan de combatir, aunque de forma fallida, intentando "conectar" con los demás.

Esa frustración generalizada es la médula espinal de una película que utiliza únicamente las palabras y el cine "desnudo" para dejar al espectador "sin escapatoria". Con un guion pensado desde su inicio para la gran pantalla, el peso de los diálogos recuerda a una obra de teatro.

El filme de Potter enfrenta así la diferencia entre la "concepción" que cada uno tiene de sí mismo con el "cambio" que experimentan esas creencias cuando se "afrontan momentos de crisis".

La realizadora británica ha prescindido de efectos especiales y se vale, tan solo, de la sensación de "claustrofobia" que se respira en el escenario único de la película para aportar esa "identidad especial", como ya lo hiciera Buñuel en 'El ángel exterminador' o Iñárritu en 'Birdman', ha explicado la realizadora británica.

A pesar de la exquisita presencia de las mujeres en su película, las teorías feministas tampoco escapan a la crítica tan "afectuosa" como "salvaje" de la directora, pues, a su juicio, la historia del feminismo está "suficientemente consolidada" como para soportar esta sacudida y hacer su mensaje "aún más contundente".

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