Expertos avisan de que el tiempo más seco y cálido todo el año obliga a cambios en la lucha contra incendios

  • SANTIAGO DE COMPOSTELA, 14 (EUROPA PRESS)
Incendio forestal
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EUROPA PRESS
Incendio forestal

El tiempo más seco y cálido durante todo el año obligará a la comunidad gallega, una de las más afectadas por los incendios forestales, a estudiar cambios en el dispositivo contra el fuego, según indican expertos consultados por Europa Press.

Durante este mes de octubre, el número de incendios se duplicó respecto a 2016, al pasar de 123 a 235 este año, una cifra que supera ampliamente la media del último quinquenio, que se sitúa en los 91,2 fuegos, según los datos de la Consellería de Medio Rural facilitados a Europa Press.

Los especialistas advierten de que se ha producido un cambio en la tipología de los fuegos, más virulentos a día de hoy debido al aumento de las temperaturas y la falta de lluvia. Los conocidos como incendios de "cuarta generación" se asocian a un abandono del rural que hace que la masa forestal quede cada vez más próxima a núcleos habitados.

Por su parte, colectivos ecologistas como Greenpeace avisan de que la ampliación de las campañas de alto riesgo durante más meses "va a ser la dinámica", en palabras de Mónica Parrilla. Actualmente, este periodo suele abarcar de julio a septiembre, pero puede prorrogarse a octubre, como es el caso en Galicia, donde este año se mantiene hasta finales de mes la prohibición de quemas de restos agrícolas y forestales.

Este alargamiento de la fase de alto riesgo será "evidente" para la profesora de producción vegetal en la Universidade de Santiago de Compostela Rosa Mosquera, en caso de perdurar cada vez más las temperaturas en torno a los 30 grados y la humedad relativa por debajo del 30%.

Si a estos condicionantes se le suman vientos por encima de los 30 kilómetros por hora, según alerta, la administración tendrá que plantearse tener un servicio de extinción con los efectivos necesarios "más tiempo".

No obstante, las fuentes de la Consellería de Medio Rural consultadas sostienen que la casuística de condiciones extremas y fuegos virulentos "siempre se dio, en mayor o menor medida" y señalan que "no perciben un cambio al respecto".

En opinión de la Consellería de Medio Rural, si algún cambio hay que hacer es "de carácter normativo, para luchar contra la actividad de los incendiarios, de forma que se incrementen las penas y se controle especialmente la actividad de los delincuentes reincidentes, para que no puedan campar a sus anchas por el territorio, sobre todo en situaciones de riesgo alto".

"CADA VEZ MÁS EXTREMO"

El decano del Colexio de Enxeñeiros Técnicos Forestais de Galicia, Santiago García, avisa de que Galicia vive otoños secos "de siempre". "Es un proceso cíclico. Lo que ocurre es que el cambio climático está haciendo que estos fenómenos sean más intensos", expone.

Debido a esto, va a haber "una serie de cuestiones" que "van a tener que cambiar a la fuerza", entre las que cita la estructura de la propiedad, con parcelas muy pequeñas y cuyo dueño en ocasiones ni es conocido.

Ante situaciones "cada vez más extremas", este profesional, que fue técnico de helicópteros, indica que el sistema de extinción, "como todo", tendrá cosas que "mejorar", en cuanto a personal y dotaciones, pero valora que en la actualidad es "francamente exitoso" pues "funciona razonablemente bien".

No obstante, en la conflictividad laboral sí identifica un lastre para el dispositivo, por lo que propone la creación de un cuerpo de gestión de emergencias, que esté operativo durante todo el año y pueda atender a incendios, inundaciones y otro tipo de incidencias. Esto sería lo "ideal", a su juicio, aunque admite que el coste económico y la complejidad de su puesta en marcha lo dificultan.

La otra pata en la batalla contra los incendios, la de la prevención, es reclamada por numerosos agentes sociales y económicos. Al respecto, el decano de los ingenieros forestales de Galicia destaca que "la extinción es cara, pero la prevención no es barata", y aboga por hacerla de manera "muy selectiva", de forma que lo que se protejan sean los núcleos de población.

Para Mónica Parrilla, "todo lo que sea inversión en materia de incendios" será positivo, y Greenpeace demanda que se destinen más recursos a la prevención y al fomento de otras prácticas para la gestión de los ecosistemas que aparten el fuego del medio rural.

Así, pone el foco sobre las quemas controladas para acabar con rastrojos, tan habituales en la comunidad gallega, y plantea buscar alternativas como su trituración o el compostaje.

La profesora Rosa Mosquera pone sobre la mesa "la paradoja del fuego", y es que los incendios que "apagas hoy" implican mayor cantidad de biomasa en el monte para mañana.

Precisamente, la campaña de alto riesgo de este año se ha saldado con unas cifras de terreno quemado por debajo de lo que se podría esperar, indica, pero ello "permite que se acumule más vegetación" y la posibilidad de que llegue un momento en el que cuando arda sea "imparable". "Fue lo que pasó en Portugal", recuerda.

Ante esto, también recomienda mejorar la rentabilidad del monte, mediante el uso de la biomasa para producir energía en plantas y calderas.

"SISTEMA POLIVALENTE"

En este sentido, Paulo Rubido, miembro de la CIG en la empresa pública Seaga, cree de "sentido común" que la Xunta realice modificaciones en su modelo contra el fuego, ya que "no puede estar fundamentado en la precariedad laboral" con contratos de tres meses.

En el caso de Seaga, sus 500 efectivos fueron cesados el día 12 de octubre, unidos a los "436 trabajadores de personal propio de la Xunta que terminaron el 1 de octubre", ante "una situación de posibilidad de incendios que puede ser superior ahora que en agosto".

Defiende que los trabajadores de Seaga deberían ser contratados al menos durante seis meses para que hagan "un trabajo de limpieza forestal y desbroce", y "en caso de que existan situaciones adversas meteorológicos derivar esa gente a extinción".

En esta línea, apunta que "en octubre y noviembre ya ha habido sequía otros años, y puede llegar febrero y que se produzcan un montón de incendios", por eso la "la cuestión será tener un sistema polivalente al que puedas recurrir en el caso de que haya situaciones de este tipo".

Sin embargo, la Consellería de Medio Rural defiende que este año se amplió la contratación del personal debido a la sequía y a la situación de alto riesgo. En este punto, replica que "no hay ningún tipo de improvisación" y que todo el personal que lucha contra los incendios está "debidamente preparado y formado".

CONTRATACIONES DE MÁS TIEMPO Y CON LABOR DE PREVENCIÓN

"El cambio climático lo tenemos encima, si no lo queremos ver es que estamos ciegos", así lo resume el presidente del comité de empresa del Servicio Público de Defensa Contra Incendios Forestais (Spdcif) en la provincia de Ourense, Óscar Rodríguez.

Rodríguez expone que hay distritos de Ourense con fuegos desde principios de año, como en la zona de Verín. En cambio, la Xunta "improvisa" con un operativo "medio desmantelado" actualmente, con "brigadas en cuadro". Pone el ejemplo de un fuego en el distrito XIII esta semana en el que "solo había un capataz de cinco componentes de la brigada".

A renglón seguido, reflexiona sobre que "antiguamente había tractores que desbrozaban durante el invierno, la Consellería se deshizo de ellos y esos trabajos se dan todos a empresas privadas". Y es que "hay trabajo para todo el personal durante todo el año" y "la gente con trabajo durante tres meses no sobrevive".

Por todo ello, aboga por que los contratos de tres meses deben ampliarse a nueve, mientras que los de nueve meses deben pasar a todo el año, pues estos últimos "son los que menos hay".

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