El joven que fue tiroteado por un policía fuera de servicio padece muerte cerebral

  • Alejandro G. G., de 21 años, está ingresado en el Hospital de Getafe.
  • El agente que le disparó continúa detenido.
  • Los compañeros de Alejandro dicen que les dispararon "sin motivo".

Alejandro G. G., el joven de 21 años tiroteado por un Policía Nacional en la madrugada del sábado en Fuenlabrada, sufre "muerte cerebral", según ha anunciado la madre de uno de los seis amigos que le acompañaban en el momento del suceso.

El joven permanece asistido en el Hospital Universitario de Getafe a la espera de proceder a la donación de órganos aprobada por su familia. Finalmente el disparo en su cabeza realizado por el agente Óscar G. M. ha podido con su vida.

Óscar G.M., policía nacional de 28 años, fue detenido por abrir fuego en la madrugada del sábado contra un grupo de jóvenes tras una discusión de tráfico en la carretera de Toledo, según la Jefatura Superior de Policía. El arrestado, que no estaba de servicio en el momento del incidente, pertenece a la Brigada Provincial de Información.

Según parece, efectuó los disparos durante una trifulca con los ocupantes de dos taxis. En el altercado también resultaron heridos otros dos jóvenes: Francisco B.D. y Raúl A.M., ambos trasladados al Hospital de Fuenlabrada con heridas de bala en el tórax y en el hombro, respectivamente. Ambos ya han sido dados de alta.

Los hechos tuvieron lugar minutos después de las cuatro de la madrugada. El agente de policía, cuando conducía su coche en dirección a Fuenlabrada, protagonizó desavenencias por maniobras en el tráfico con el conductor de un taxi, Raúl A.M.

Este vehículo iba ocupado además por dos jóvenes: Luis Miguel G.S., y Francisco B.D. Luego llegó otro taxi ocupado por más miembros del grupo de amigos. El enfrentamiento se produjo cuando ambos coches salieron de la carretera y estacionaron en el polígono 'Los gallegos', concretamente en la calle Gorrión.

De acuerdo con el testimonio del agente, los seis jóvenes se abalanzaron contra él con la intención de agredirle. Se sintió amenazado y con el objeto de reprimir una agresión sacó su arma reglamentaria.

Temió entonces que se la arrebataran, debido a la diferencia numérica en el enfrentamiento y optó por disparar al suelo para que no quedaran balas en el cargador. La Policía Científica está trabajando para determinar la trayectoria de los disparos y la reconstrucción de los hechos. Los acompañantes de Alejandro aseguran que el Policía disparó "sin ningún motivo".

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