Los tres etarras huidos tenían bombas lapa para atentar en España

Los terroristas vieron a los dos guardias civiles y les atacaron por la espalda y a quemarropa. Les acribillaron con 17 balazos.
Zapatero, cariacontecido.
Zapatero, cariacontecido.
Zapatero, cariacontecido.

Los dos etarras (había un tercero, una mujer, esperando en un coche) que el sábado por la mañana atentaron en el sur de Francia contra dos guardias civiles acribillaron a balazos a los agentes. En el lugar del suceso, el aparcamiento de un centro comercial, se han encontrado hasta 17 casquillos de bala.

Uno de los agentes, Raúl Centeno, de 24 años, murió en el acto al recibir dos balazos a quemarropa en la cabeza. Su compañero, Fernando Trapero, de 23, que está en coma profundo y «sin signos de actividad cerebral», recibió aún más balazos. También había agujeros de bala en el coche de los agentes, un Peugeot de color gris.

La Policía francesa y la Benemérita están intentado averiguar cómo se pudo producir el ataque a los dos agentes españoles. Los dos guardias civiles pertenecían al Grupo de Apoyo Operativo (GAO) del grupo antiterrorista UCE 1.

Sólo seguimiento

Los dos agentes participaban en un dispositivo de seguimiento a terroristas próximos a Txeroki, el jefe de los comandos de ETA. Según fuentes antiterroristas consultadas por 20 minutos, los dos guardias vigilaban a los tres etarras, que iban a tener una reunión en un lugar cercano con otros terroristas. «Era una labor de seguimiento, no de detención».

Todo apunta a que los etarras vieron a los agentes cuando éstos entraron en la cafetería. Los terroristas decidieron salir de ella. Los agentes hicieron lo mismo para coger su vehículo. En algún momento les debieron perder de vista y dos de los etarras aparecieron por su espalda y les tirotearon cuando estaban dentro del vehículo. Los guardias no iban armados, como marca el protocolo en Francia.

En el coche en el que huyeron los terroristas, un Volkswagen Golf plateado, la Policía francesa encontró material para fabricar bombas lapa, temporizadores, detonadores y una cantidad aún no precisada de cloratita.

Los tres terroristas podrían formar parte de un comando que estaría preparado para viajar a España y atentar. Al temer que los agentes les hubieran reconocido, decidieron matarlos. También se baraja la hipótesis de que estos etarras fueran una célula del aparato logístico con la misión de suministrar explosivos a los comandos. La Policía gala les sigue buscando, sobre todo en Burdeos. Las posibles huellas que aparezcan en su coche, robado en julio, ayudarán a su identificación.

Insultos tras un emotivo funeral

Los Reyes y los Príncipes presidieron ayer en Madrid el funeral de Raúl Centeno, el guardia asesinado. Durante la ceremonia, el agente recibió la Cruz al Mérito de la Guardia Civil y la Medalla de Oro de la Policía. Luego fue enterrado en la Almudena. Cuando el presidente Zapatero abandonaba el acto, un grupo de personas le insultó gritando: «sinvergüenza» y «traidor». También hubo abucheos para algunos de los ministros. Mariano Rajoy, líder del PP, y Francisco Alcaraz, presidente de la AVT, recibieron aplausos.

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