En nota de prensa el Ministerio Fiscal sostiene que la acusada, en el año 2008, comenzó a prestar sus servicios como cuidadora del anciano en su domicilio en Mieres. En aquel momento la víctima padecía una serie de limitaciones físicas, principalmente derivadas de su edad y una ceguera parcial a causa de la diabetes y otras limitaciones derivadas de su origen portugués, pues hablaba y escribía en castellano con mucha dificultad.

La acusada, además de realizar las tareas del hogar, comenzó a ocuparse de las gestiones administrativas y económicas del anciano, y fue ganándose su confianza hasta tal punto que consiguió figurar como cotitular en la cuenta de éste. A partir de enero de 2013, la acusada operó en la cuenta realizando todo tipo de operaciones en beneficio propio y en perjuicio de la víctima, que desconocía las manipulaciones que ésta realizaba.

El día 1 de julio del año 2013 y el 21 de agosto del mismo año el Banco Sabadell les concedió dos préstamos de 14.000 y 6.000 euros, respectivamente, cantidades que ingresaron en la cuenta común.En abril del año 2015, la acusada solicitó un préstamo a la entidad Cofidis de 1.500 euros y, en febrero de ese mismo año, solicitó otro préstamo al Banco Sabadell por 5.000 euros.

En el periodo comprendido entre el 24 de diciembre del año 2012 y el mismo día del año 2013 realizó transferencias a su favor por un importe total de 32.200 euros. En el periodo comprendido entre el 25 de junio del año 2014 y el 24 de abril del año 2015 realizó reintegros por un importe total de 8.334 euros.

La víctima tenía ingresos suficientes para atender a todas sus necesidades, ya que cobraba mensualmente una pensión de 2.046 euros en el año 2013. En enero del año 2015 ingresó en una residencia gerontológica.