CHG mantiene la modernización de regadío unida al dragado tras suprimirse éste aunque avisa de que será "lento"

  • SEVILLA, 6 (EUROPA PRESS)
El presidente de la CHG, Antonio Ramón Guinea
El presidente de la CHG, Antonio Ramón Guinea
EUROPA PRESS
El presidente de la CHG, Antonio Ramón Guinea

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo que promueve el proyecto de modernización del regadío del arroz que pasa por que los arroceros lleven a cabo esta labor a través del Canal del Bajo Guadalquivir -iniciativa vinculada al dragado de profundización que promovía el Puerto de Sevilla al ser condición 'sine qua non' para su realización-, ha señalado que su intención pasa por mantenerlo en las previsiones a pesar de haberse descartado el dragado.

Sin embargo, pese a tener recogida la actuación en las dos márgenes en el Plan Hidrológico del Guadalquivir, la CHG, según ha explicado su presidente, Antonio Ramón Guinea, en una entrevista concedida a Europa Press, sigue en trámites ambientales y "a la espera de que la bonanza económica nos permita irlo acelerando todo".

"Se trata de un proyecto largo: no son obras que se despachen en un par de años porque son muchos kilómetros de canales y obras complementarias, habría que cruzar el río, y en terminarlo todo podría irse a unos cuatro o cinco años, aunque ello no quiere decir que no pudiera ir entrando en servicio por fases", ha avisado Ramón Guinea.

Así, ha explicado que existen proyectos básicos, con una inversión "muy importante" de unos 200 millones para una solución "muy bonita" que permitiría salvar el escollo de uno de los mayores problemas que presenta el cultivo de arroz, "que no es la cantidad de agua que necesita, sino que se precisan niveles bajos de salinidad, pues si no se resiente a una velocidad tremenda".

La modernización del regadío del arroz pasaría por que el agua dulce se trajera directamente, en lugar de por la presa de Alcalá, por el Canal del Bajo Guadalquivir, desde Peñaflor (Sevilla), a través de unos 60 kilómetros mediante un trabajo de recrecimiento de dicho canal, lo que permitiría llevar el agua a la margen izquierda del río -con unas 12.000 hectáreas de arroz-, cruzarlo mediante un sifón y trasladarla hasta la margen derecha -22.000 hectáreas- para que pudieran regar los arroceros, que no tendrían que usar agua del estuario y evitarían así el problema de la salinidad.

La obra, costosa no tanto por sí misma como por la gran extensión que abarca -la CHG ha puesto en marcha proyectos similares en el Bajo Guadalquivir o las Vegas Bajas de Jaén, con un precio de 5.000 o 6.000 euros por hectárea- posibilitaría, no obstante, que los regantes no dependieran del río y supondría un importante ahorro en la cuenca de más de 100 hectómetros cúbicos, el equivalente a la capacidad de un pantano.

La iniciativa supone una incidencia sobre un segmento importante, como es el del arroz, con unos ingresos medios anuales de 90 millones y una producción media de 300 toneladas de arroz en cáscara.

En cuanto al dragado, el presidente del organismo de cuenca ha incidido en que con la declaración formal del Gobierno a la Unesco de que el proyecto es retirado de las previsiones del Plan Hidrológico -después de una sentencia judicial que instaba a ello-, el tema "ha quedado totalmente apartado". Si sigue figurando en las listas del plan es porque "aún no se ha modificado su ley y su redacción".

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