Tribunales.- Condenada a seis meses de cárcel una joven que acabó detenida tras ir a denunciar un robo

  • La juez de lo Penal número 5 de Sevilla ha condenado a seis meses de cárcel a una joven que acudió a denunciar el robo de su bolso a la comisaría ubicada en la Alameda de Hércules de la capital hispalense y que, finalmente, acabó detenida tras supuestamente insultar y agredir a los agentes que la atendieron.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la juez condena a M.R.L. a seis meses de prisión por un delito de atentado con la atenuante de dilaciones indebidas y al pago de una multa de 120 euros por un delito leve de lesiones, así como al abono de una indemnización de 120 euros a un policía por las lesiones causadas.

La juez considera probado que los hechos tuvieron lugar sobre las 2,00 horas del 22 de junio de 2011, cuando la acusada se personó en las dependencias de la Policía Nacional de la Alameda de Hércules para formular una denuncia por la sustracción de su bolso.

Según la sentencia consultada por Europa Press, la imputada se dirigió a un agente diciéndole que "se tocaban los huevos, que salieran a cortar el candado de su bici o la llevaran a su casa", ya que las llaves de la bicicleta las tenía en el bolso sustraído.

Un segundo policía nacional, "al ver que se ponía la acusada cada vez más alterada", salió de la garita, momento en que la condenada le exigió el número de placa "al tiempo que le da un tirón" de la misma, lo que le impidió el agente, "forcejeando y cayendo al suelo", por lo que tuvo que intervenir el otro policía para reducirla, ya que "no dejaba de dar patadas y manotazos".

De este modo, la acusada, para quien la Fiscalía solicitó un año y medio de cárcel, logró coger el número de placa del agente y lo lanzó, dice la juez, que resalta que, "en todo momento, la acusada se refería a los agentes" con expresiones tales como 'puto maricón de mierda' y otras frases análogas.

"CONTRADICCIONES"

Según recoge la sentencia, uno de los agentes sufrió lesiones consistentes en erosiones en antebrazos que curaron sin necesidad de tratamiento médico o quirúrgico posterior y que tardaron en curar un total de tres días, ninguno de ellos impeditivos.

En el juicio, la acusada negó los hechos, "manifestando que fue ella la agredida e insultada" por los agentes, pero la juez resalta que su declaración "se encuentra repleta de contradicciones" respecto a lo que dijo en la fase de instrucción y con la testifical de su amiga, que según la condenada se encontraba con ella y cuya narración de los hechos resulta "sorprendente".

La juez, que considera que las manifestaciones de la testigo "son totalmente contradictorias con las de la acusada y con la de los agentes de Policía", también rechaza la alegación de la defensa de la condenada respecto a la no aportación de las cámaras de vídeo de la Comisaría, que, según el letrado, "casualmente desaparecieron".

Frente a ello, la magistrada asevera que, según informó la Policía, "no existe sistema de grabación dentro de la Comisaría, sino en el exterior, y los hechos ocurren dentro de la Comisaría", por lo que "ni desaparecen las grabaciones ni puede presentarse por no existir dicho sistema de grabación".

TESTIMONIO "ROTUNDO" DE LOS POLICÍAS

De su lado, los dos policías nacionales que intervinieron "han sido contundentes, claros y precisos" y han prestado una declaración "rotunda, seria y sin contradicciones".

En este caso, la juez aplica la atenuante simple de dilaciones indebidas, ya que los hechos ocurrieron en 2011 y el juicio se celebró en 2017.

En el juicio, la acusación particular que ejercen los dos policías que intervinieron en los hechos pidió para la acusada dos años de prisión por el delito de atentado; el pago de una multa de 720 euros por una falta de lesiones y 320 euros de multa por una falta de maltrato de obra, así como una indemnización de 250 euros por las lesiones sufridas por uno de los agentes.

Frente a ello, el abogado de la encausada solicitó su libre absolución.

Hay que recordar que la juez de Instrucción número 20 llegó a procesar a los dos agentes por un presunto delito contra la integridad moral y una falta de lesiones, aunque finalmente la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla anuló sus respectivas imputaciones.

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