"No es la primera vez que hemos tenido ese escenario en España, ya sucedió en 1934 con Companys, y sería realmente un golpe de estado", ha afirmado el Arzobispo en una entrevista que publica el diario regional asturiano La Nueva España.

Sanz ha defendido el marco constitucional vigente desde hace 40 años en España y ha criticado que haya quien quiera "romperlo" de modo unilateral. "Cizañarlo con la insidia que enfrenta y divide, falsear con la mentira todas sus alternativas trucadas, engañar con vileza a un pueblo para hacerle cómplice de una invonfesada deriva, todo eso no sólo atenta contra el Estado de Derecho, no sólo mina la convivencia a tantos niveles, desde el más elemental y doméstico, como son las familias, sino que es profundamente inmoral", ha afirmado.

Según Sanz lo que está sucediendo ahora en Cataluña "se empezó a trabajar hace años a través de una educación que tenía este cometido: utilizar la inocencia y vulnerabilidad, la maleabilidad, de niños y jóvenes para que ahora pudieran dar esa batalla".

De cara al futuro, no rechaza el diálogo, pero advierte que tiene que hacerse sabiendo que los interlocutores son gente que "hornadamente aspira con legitimidad a una Cataluña sin España". Con quienes tiene "otras aspiraciones" que no defienden "por cauces legítimos", Sanz ha dicho que dialoga mal.

El Arzobispo de Oviedo considera que el separatismo puede ser una opción política, pero añade que defenderlo "con mentiras, con violencia, con insidia, con corrupción, con malversación, eso es lo immoral, eso sí es pecado".

Sanz participó en la redacción del documento que esta semana hizo público la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal sobre la situación en Cataluña. En su carta semanal que habitualmente publica dijo que lo suscribía. Sin embargo, en la citada entrevista Sanz ha reconocido que no se recogieron parte de sus aportaciones y que es difícil hacer algo entre veinte personas venidas de todos los puntos de España.

"Cuando tienes que tener en cuenta tantos factores puede salirte una nota que, siendo correcta e incluyente, termina por no entenderse", ha admitido.