El Banco de España constata que el peso de la vivienda sigue lejos de la zona de 'burbuja'

  • La inversión en vivienda cerrará 2017 por encima del 4,5% del PIB cuando era del 12% al estallar la burbuja.
  • Los precios acumulan un aumento del 16% hasta septiembre.

Aunque se venden más pisos y suben los precios, el riesgo de otra 'burbuja inmobiliaria' parece estar lejos. El Banco de España cree que la inversión en vivienda acabará el año por encima del 4,5% del PIB, "un valor similar al del promedio de los países del entorno español". Lo más importante es que ese porcentaje "está muy alejado" del 12% registrado en 2007, cuando se inicio la crisis y estalló la 'burbuja'. Además, si se compara con este máximo alcanzado hace diez años, el nivel de este componente de la demanda, que acumuló una caída del 65% hasta 2013, ha registrado un aumento "ligeramente" superior al 20% desde ese momento.

Por otro lado, el Banco de España afirma que el precio de la vivienda, que registró una caída en términos reales del 45% desde su nivel máximo alcanzado en el tercer trimestre de 2007 hasta el mínimo del primer trimestre de 2014, está manteniendo su trayectoria de crecimiento. Ha registrado un avance acumulado del 16% hasta septiembre, pero con "gran disparidad" en el ritmo de crecimiento de los precios según el territorio. La institución apunta que Madrid, Cataluña y Baleares han sido las comunidades que han registrado mayor crecimiento.

Teniendo en cuenta el tipo de vivienda, desde el mínimo alcanzado en 2014, el crecimiento del precio de la vivienda nueva "ha sido ligeramente superior al de la vivienda usada", aunque esta diferencia, según el Banco de España, ha ido disminuyendo durante los últimos trimestres.

Entre el cuarto trimestre de 2017 y el tercero de 2017, la inversión en vivienda ha avanzado un 1,5%, ritmo "superior" al registrado por la construcción en su conjunto, que ha sido del 1% en promedio. El Banco de España cree que la evolución reciente refleja tanto la progresión "favorable" del mercado de trabajo como de las condiciones de financiación aplicadas a la adquisición de vivienda por parte de los hogares o de la financiación y construcción por parte de las empresas del sector.

La compraventa de viviendas también está reflejando una tendencia al alza desde mínimos de 2014, según el Banco de España, que también ha reflejado que las transacciones están "principalmente sostenidas" por el segmento de vivienda de segunda mano, mientras que las transacciones de viviendas nuevas "mantienen una trayectoria de ligero descenso".

El mercado hipotecario también está mejorando su tono, aunque con menor intensidad. Hasta el noveno mes del año, la institución observa "un mantenimiento de la tasa de contracción interanual de los préstamos para adquisición de vivienda", lo que refleja que "los nuevos préstamos concedidos para la adquisición de vivienda no son suficientes para compensar las amortizaciones".

La obra nueva, con retraso por el excedente

La iniciación de la obra nueva residencial también está mejorando, pero lleva "cierto retraso". Esto se debe en parte al "elevado excedente" de viviendas sin vender resultado de la fase expansiva previa, según el Banco de España, que también ha apuntado que el nivel de iniciación de viviendas "todavía es reducido" y está "muy por debajo" de lo registrado en las primeras fases de recuperación del sector.

La institución ha puesto de relieve que la absorción del "abultado" stock de viviendas sin vender está siendo "lento" y que el volumen de vivienda nueva todavía es "relativamente reducido", lo que "actúa como un factor limitativo del grado de recuperación de la construcción residencial". La demanda se concentra en áreas que no coinciden necesariamente con aquellas en las que están localizadas las viviendas sin vender y da lugar a crecimientos dispares de los precios, ha señalado también.

La demografía es lo que determinará la evolución del mercado inmobiliario español a medio y largo plazo, según el Banco de España. En esta línea, cree que cabe esperar que los crecimientos de la demanda residencial sean "más modestos que durante el anterior ciclo expansivo". No obstante, considera que esta moderación podría "mitigarse" en el corto plazo, puesto que la crisis pudo retrasar la decisión de la formación de un hogar por parte de los jóvenes, hecho que podría estar cambiando como consecuencia de la mejora del empleo.

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