Según informa el Gobierno andaluz en una nota, la ejecución de esta medida conlleva el desarrollo de un programa de actuaciones en medio abierto, determinando la colaboración y coordinación con los recursos del entorno social de la menor.

La menor sometida a esta medida debe convivir, durante el tiempo establecido por el Juzgado de Menores, con un grupo educativo, en un contexto socializador, para el aprendizaje de normas y pautas de convivencia, con el fin de favorecer su proceso de socialización, autonomía personal, responsabilidad y compromiso social dirigido al retorno a su núcleo familiar y social.

Para ello, se llevan a cabo actividades que fomentan sus habilidades sociales y de comunicación, así como técnicas de resolución de conflictos. También se desarrollan las acciones para conseguir que la chica aprenda a convivir en la sociedad y en el grupo familiar de origen.

Las actuaciones también incluyen el asesoramiento y apoyo a la familia, siendo prioritario en la intervención la coordinación con los recursos externos, ya que la mayor parte de la actividad académica, formativa, terapéutica, de orientación laboral y de ocio se llevará a cabo en recurso externos al grupo educativo de convivencia.

En el Grupo Educativo de Convivencia de Huelva, que se encuentra en el municipio onubense de Aljaraque, las menores cumplen medidas de régimen abierto, asisten a centros escolares y a actividades culturales, deportivas y de ocio y trabajan con un equipo de diez profesionales, del que forman parte psicóloga, trabajadora social y educadoras, además de una directora y una gobernanta, todas ellas, mujeres.