El cantante Marilyn Manson ha confesado cómo la masacre de la escuela secundaria de Columbine (Colorado) en 1999 arruinó su carrera una vez que se filtró (aunque no fuera cierto) que los dos jóvenes que dispararon e hicieron estallar artefactos contra sus compañeros de clase eran fans de Manson.

"Dales el dinero y déjalos que elijan: armas o discos. Si [los asesinos de Columbine] hubieran comprado mis discos, habrían estado mejor", decía Manson en una entrevista para el diario The Guardian. "Honestamente, el suceso de Columbine destruyó toda mi carrera en ese momento", se lamentaba el polémico artista.

Pero su caída había comenzado tres años antes, cuando publicó el disco Antichrist Superstar, con buenas críticas por todo el mundo y muy criticado en Estados Unidos, donde las asociaciones religiosas atacaron al trabajo y al cantante. "Una sucesión de dementes testimonios de la American Family Association" comenzaron a generar rumores que dejaban en bastante mal lugar a Manson.

Se dijo que en sus conciertos se practicaba el bestialismo, que había altares satánicos, que se realizaban violaciones rituales y se daba droga gratis a los presentes. Muchas ciudades hicieron lo posible por prohibir sus conciertos en sus territorios e incluso algunas escuelas dictaron normas para mantener a los alumnos alejados de su música. "Bueno... yo me lo busqué, no haces un disco llamado Antichrist Superstar sin esperar que la gente te odie", se justificaba Manson en la entrevista.

Después de lo de Columbine la cosa fue a peor: durante la gira de la Ozzfest de 2001 recibió "amenazas de muerte diarias, por centenares", rememoraba el cantante. Eso le llevó a una espiral de violencia para con los demás y consigo mismo. "Me subía al escenario, rompía botellas de cerveza, me cortaba, me metía en la multitud y golpeaba a la gente...", así describía Marilyn Manson algunos de sus espectáculos.

"Mi padre me dio el mejor consejo: Si la gente te va a matar, hijo, no te lo dirían de antemano", confesaba el cantante, que logró superar esa fase y volver a los escenarios e incluso a la televisión, donde interpretó un personaje en la serie Sons of Anarchy, donde se metía en la piel de "un supremacista blanco pedófilo". Una forma perfecta de acabar de lavar su imagen.

Se siente mejor consigo mismo. Antes solía estar "enfadado, confundido y molesto", pero ahora es "más feliz siendo yo mismo", lo que le permite ser "más encantador y simpático".