«Es como vivir con una bomba delante». Estas palabras, del presidente de la comunidad de vecinos Ciudad de Cenes, resumen la preocupación de las 700 personas que viven desde el pasado mes de octubre con el «miedo metido en el cuerpo».

Vecinos de varias urbanizaciones de Cenes de la Vega denuncian la futura instalación de un depósito de gas licuado junto a varias urbanizaciones y «pegado a un transformador de electricidad».

Antonio Valencia, representante vecinal, dice que, según un informe de Industria, la instalación –destinada a abastecer a una promoción de la empresa de la Diputación, Visogsa– no cumple con la normativa y «pese a ello siguen adelante». «No respeta la distancia que ha de tener con respecto a las viviendas, a la fuente eléctrica», dice.