Tribunales.- El abuelo y suegro de las víctimas de Almonte sobre el acusado: "Yo dentro de mí, lo sabía"

  • El abuelo materno y suegro de los fallecidos en el doble crimen de Almonte (Huelva), el que halló los cadáveres de su nieta de ocho años y de su yerno el 29 de abril de 2013, ha declarado este lunes como testigo en el juicio contra F.J.M., el único acusado de los hechos, y refiriéndose a su culpabilidad, ha asegurado: "Yo dentro de mí, lo sabía".
F.J.M., en el tercer día del juicio por el doble crimen de Almonte.
F.J.M., en el tercer día del juicio por el doble crimen de Almonte.
EUROPA PRESS/A. PÉREZ/Archivo
F.J.M., en el tercer día del juicio por el doble crimen de Almonte.

Durante su declaración, nervioso sobre todo a la hora de describir cómo encontró los cuerpos y visiblemente emocionado, ha reconocido que "metió" en su casa al acusado, que mantenía desde antes una relación simultánea con su hija Marianela, por ella porque "por los hijos se hace todo", pero "yo no lo quería ver ni a la hora de mi muerte", ha espetado.

"Jamás dijo pobrecitos por los fallecidos -el padre y la hija- y yo le decía a mi mujer que a este hombre no le corría sangre en las venas", ha remarcado el hombre bastante consternado, quien ha reconocido, tras asegurar que está en tratamiento "con dos o tres pastillas diarias", que se enteró de la relación que mantenía "dos o tres días antes de los hechos".

Sobre su relación con su yerno Miguel Ángel, ha asegurado que "lo quería como a un hijo porque era el hombre más bueno de la tierra y nunca tuvo problemas con nadie, al igual que a mi nieta, que era lo más grande del mundo", indicando además que entre ambos, entre su hija y su yerno, "la relación era fantástica" y cuando se separaron lo vio como "todos los padres".

Sobre el hallazgo de los cuerpos, sin poder contener las lágrimas, ha asegurado que al tener las llaves de la casa y después de que su hija lo llamara alertándole de que "no aparecían", fue a la misma, subió las escaleras y vio la puerta de arriba abierta, cosa que le resultó "rarísima", y fue entonces cuando entró y lo vio, con "una lucecita del pasillo, todo lleno de sangre y a Miguel Ángel enterrado en un charco de sangre".

A la niña la encontró "detrás de la puerta, cubierta por un paño" descubriendo su cadáver al levantar el citado paño. "Tenía una mancha negra en el cuello y todo el pelo lleno de sangre", asegurando que no encendió la luz y que no entró en ninguna habitación más.

En ese momento, ha reconocido que pensó que "Miguel Ángel la había matado y después se había matado él", pero ya después se descartó esta hipótesis. Desde que ocurrieron los hechos y hasta la actualidad, ha asegurado sentirse "más muerto que vivo y no voy a durar mucho, solo le pido a Dios durar hasta que acabe el juicio", sin poder recodar detalles de cuando estuvo la última vez con su nieta, cuando se la dejó a su padre aquel sábado por la tarde, algo que sí ha contado la abuela de la menor, Rosario Martínez, que también ha declarado.

LA MADRE DE MARIANELA: "NO QUERÍA NI VERLO"

Según ha señalado esta mujer, la relación de su hija con Miguel Ángel era "maravillosa porque él era una buena persona y la niña una gloria, un ángel del cielo", admitiendo que vio "muy mal" que Marianela se separara de él, así como que "no quería ni ver" a F.J.M., ya que aunque no sabía sobre la relación, "sí la intuía", indicando además que tenía constancia de que "no la dejaba ni vivir con las llamadas", refiriéndose concretamente a un episodio vivido en Nochebuena.

"Este señor -refiriéndose al acusado, al que considera una persona "muy fría"- empezó a entrar en mi casa porque por los hijos se hace todo", ha precisado Rosario Martínez, quien ha reconocido que no le gustaba que "se quisiera hacer el dueño de todo. Él quería coger el puesto de Miguel Ángel y ese puesto no lo ocupa nadie en mi casa, solo Miguel Ángel", a lo que ha añadido que "Marianela cambió su forma de vestir y de comportarse".

En cuanto al hallazgo de los cadáveres, ha asegurado que fueron a la casa porque su hija los llamó "angustiada", pero que no llegó a entrar, se quedó en el rellano, porque su marido "empezó a chillar que Miguel Ángel había matado a la niña y después se había matado él", cosa que "nunca creí", ha remarcado. En este punto, ha asegurado que "la puerta de abajo estaba cerrada, la abrimos nosotros con las llaves".

Tras señalar que acompañó a su hija a colocar una fundas del sofá en la casa "15 ó 20 días" antes de los hechos, ha contado ante el jurado popular que su hija le refirió que si F.J.M., "se enteraba de eso, me mataba" y no le dijo nada porque "no quería que le formara el 2 de mayo". Por último, ha asegurado que su hija no tiene pareja, "no ha rehecho su vida, vive sola, está muertecita y no tiene a nadie".

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