Paul Auster vuelve con '4 3 2 1': la magia de lo inesperado

  • El escritor publica nueva novela después de 7 años.
  • "Con 14 años vi morir a un compañero de un campamento alcanzado por un rayo. Eso me enseñó que el suelo por el que pisamos no es firme", comenta.
  • "No creo que Trump sea capaz de leer libros. Ya dijo que no le gustaba su olor".
El escritor estadounidense Paul Auster, durante la presentación en Madrid de su última novela '4321'.
El escritor estadounidense Paul Auster, durante la presentación en Madrid de su última novela '4321'.
EFE/J.P.Gandul
El escritor estadounidense Paul Auster, durante la presentación en Madrid de su última novela '4321'.

Han pasado 7 años desde el último libro publicado de Paul Auster (Nueva Jersey, 1947). Más de 84 meses, alrededor de 30.000 días y seguro que alguno de sus millones de seguidores ha contado hasta los minutos. Una de las grandes figuras de la narrativa estadounidense regresa al terreno de la ficción con 4 3 2 1 (Seix Barral), novela dividida en cuatro partes que habla de "lo inesperado", como comentó el escritor este lunes en una multitudinaria rueda de prensa en Madrid.

El protagonista de esta nueva historia tendrá cuatro versiones de sí mismo que vivirán la etapa de posguerra en los Estados Unidos –la misma en la que nació el escritor–, marcada por la segregación y las protestas por los derechos civiles.

Auster deja de lado la mecánica cuántica y los universos paralelos para centrarse en qué eventos inesperados pueden condicionar la vida de una persona. Para el autor, dos hechos repentinos marcaron su historia vital:"Por un lado, cuando tenía 14 años vi morir a un compañero del campamento en el que estaba, alcanzado por un rayo. Eso me ayudó a entender que el suelo por el que piso no es firme y que en cualquier momento puede pasarte cualquier cosa. Por otro, conocer a mi actual mujer, Siri Hustvedt, hace 36 años. No sería quien soy sin estos dos sucesos", remarcó.

Parte de la crítica especializada asegura que 4 3 2 1 es la gran obra de Paul Auster. Él intenta dejar de lado las buenas y malas opiniones y cuenta que "mientras escribía, sentía que estaba en medio de un baile. Cuando escribí la última frase, me levanté de la mesa y prácticamente me desplomé del cansancio".

Por su longitud (960 páginas), el estadounidense no se imagina un formato cinematográfico: "Quizá una serie dividida en 28 partes... no sé. A lo mejor se podría plantear hacer una danza", comenta con una sonrisa.

"No creo que Trump sea capaz de leer libros"

Es inevitable preguntarle por el actual mandatario estadounidense, siendo Auster una de las personalidades más críticas con su gestión: "Solo rezo por que no haya un segundo mandato. Me siento miserable y frustrado con este presidente".

"No le culpo por ser el maníaco y psicópata que es, lo que me preocupa es que 60 millones de norteamericanos le hayan votado; muchos, mujeres. No lo comprendo", reconoce.

Cuando una periodista pregunta al autor sobre qué libro le regalaría al presidente, Auster asegura sin atisbo de duda: "No creo que Trump sea capaz de leer libros. Ya dijo que no le gustaba el olor de los libros y no le imagino cogiendo uno. Seguramente solo pueda leer memorandos con una página de extensión".

También habló de la inmigración, otro de los temas  más peliagudos para Estados Unidos: "Muchas veces en la historia, mi país ha cerrado la puerta a que entrara más gente. Pero la verdad es que los inmigrantes son un pilar fundamental para nuestra sociedad". Auster recuerda que Estados Unidos "se ha fundado sobre dos tragedias: el genocidio indio y la esclavitud, ese es el veneno del país".

El autor evita "pensar demasiado" sobre distinciones, etiquetas o premios –es un clásico en las quinielas del Nobel de Literatura año tras año–. "Me dedico a mi trabajo, que es contar historias", puntualiza. Tras 4 3 2 1, el escritor mira hacia adelante y piensa ya en sus futuros trabajos: "He comenzado a escribir un nuevo libro, llevo dos páginas [risas]. No es ficción, todavía no me veo preparado para una nueva novela", comenta.

Después de una extensa gira veraniega que le ha llevado por toda Europa –España era la sexta parada de su viaje por el continente–, Auster tiene ganas de volver a Nueva York, "encerrarme en mi habitación y ponerme a escribir sin parar. Para mí, 4 3 2 1 ya es el pasado. Ahora el libro es de los lectores", remata.

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