La canciller alemana, Angela Merkel, ha abierto su cara a cara con el líder socialdemócrata, Martin Schulz, con una defensa de la apertura de las fronteras a los refugiados en 2015, frente al reproche de su rival electoral de que debiera haber implicado desde el principio al resto de Europa ante el desafío.

"En la vida hay momentos en que debemos tomar una decisión", dijo la líder conservadora, sobre la decisión adoptada por su Gobierno y el austríaco, el 4 de septiembre de 2015, de permitir la entrada en el país de las decenas de miles de personas atrapadas entonces en Hungría.

"Tenía cero esperanza de que (Viktor) Orban iba a abrirles el paso", añadió, en relación al primer ministro húngaro, y ante la afirmación de Schulz de que debería haber implicado entonces en la búsqueda de soluciones a países como Hungría y Polonia, en lugar de lamentar luego la poca disposición de éstos a su acogida.

La acogida de los refugiados es uno de los temas clave en el debate electoral, a tres semanas de las generales, que se celebrarán el 24 de septiembre.

Alemania ha recibido desde 2015 más de 1,3 millones de refugiados, lo que además de un enorme desafío político y logístico para el país se considera ha empujado el voto xenófobo que capitaliza la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

Merkel se vio asimismo confrontada en el duelo televisado a la cuestión de si su posición poco derechista había favorecido la irrupción de ese partido, ya que había dejado demasiado espacio a la derecha de su Unión Cristianodemócrata (CDU). "He tenido que tomar decisiones muy difíciles", zanjó la canciller, quien aludió tanto a los sucesivos rescates aprobados, en plena crisis en la eurozona, lo que alimentó a esa formación de raíz euroescéptica, como luego a la acogida de refugiados.

El debate entre ambos líderes, la conservadora y el socialdemócrata, ha sido el único cara a cara televisado previsto de cara a las generales.

Merkel mantiene una ventaja de catorce puntos sobre Schulz, según el sondeo publicado este domingo por el popular diario Bild, que pronostica al bloque conservador de la canciller un 38%, frente al 24% que se vaticina a los socialdemócratas.

La cuestión de Turquía surgió en el debate televisado después de que los dos candidatos abordaran la política migratoria y la acogida de los refugiados y los riesgos de que se predique en Alemania un islam no acorde con los principios constitucionales.

En este sentido, Merkel y Schulz se han mostrado en consonancia con querer romper las negociaciones de adhesión de Turquía con la Unión Europea.

El líder socialdemócrata, expresidente del Parlamento Europeo, reconoció que ha abogado durante mucho tiempo por la adhesión de Turquía a la UE, pero consideró que el próximo canciller "tiene la obligación de proteger a la República Federal y hablar con claridad" con Ankara ante la radicalización del país.

Merkel recordó al respecto que ella nunca ha estado a favor de que Turquía se convirtiera en miembro de pleno derecho de la UE "al contrario que ustedes, los socialdemócratas", y se mostró a favor de "congelar" las negociaciones, en estos momentos de hecho "inexistentes", precisó.

De hecho, la canciller ha considerado que Turquía nunca entrará en la Unión Europea, en un contexto de tensiones entre Europa y Ankara. "No creo que se produzca la adhesión —de Turquía a la UE— y nunca pensé que eso fuera a ocurrir", declaró Merkel durante el debate.

Por otro lado, Merkel se ha comprometido a hacer todo lo que esté en su mano para convencer al presidente de EE UU, Donald Trump, de que se necesita una "solución pacífica" a la crisis norcoreana.

La canciller alemana ha señalado que este domingo ha hablado con el presidente francés, Emmanuel Macron, para defender la necesidad de una mayor presencia europea ante esta crisis y avanzó que tiene intención de abordar también la situación con los líderes de Rusia, China, Japón, Corea del Sur y también con Trump.

La canciller reconoció que mantiene "diferencias de mucho peso" con el presidente estadounidense y recordó como ejemplos su visión ante el cambio climático o ante los "horribles sucesos racistas" de Charlottesville, pero recordó que se necesita a EE UU en muchos planos y crisis globales.