La llegada de inmigrantes en patera se triplica en verano al embarcarse más marroquíes

  • Salvamento Marítimo ha rescatado de junio a agosto a 5.536 inmigrantes en aguas españolas, el triple que el verano pasado, cuando asistieron a 1.712.
  • El incremento se debe a una una combinación de factores entre los que destaca el aumento del paso de magrebíes por el Estrecho, según dicen los expertos.
  • Varón y joven (de 18 a 40 años) es el perfil del ocupante de las pateras a la Península.
  • De junio a agosto, los inmigrantes llegaron en zodiacs sobrecargadas y barcas a remo, pero también en moto acuática, pedaló, kayak o sobre una tabla de surf.
Quince inmigrantes magrebíes llegan en buenas condiciones de salud al puerto de Motril (Granada), tras ser rescatados de una patera al sureste de Cabo de Gata (Almería).
Quince inmigrantes magrebíes llegan en buenas condiciones de salud al puerto de Motril (Granada), tras ser rescatados de una patera al sureste de Cabo de Gata (Almería).
ALBA FREIXAS / EFE
Quince inmigrantes magrebíes llegan en buenas condiciones de salud al puerto de Motril (Granada), tras ser rescatados de una patera al sureste de Cabo de Gata (Almería).

En la loma de un monte de Tarifa (Cádiz) tiene su oficina José Maraver, jefe de Salvamento Marítimo del Estrecho de Gibraltar. Maraver entró de controlador hace 19 años y lleva los últimos diez supervisando la segunda mayor autovía marina del mundo —por la que circulan 170.000 buques mercantes al año— y coordinando rescates de migrantes que intentan cruzar en patera las veinte millas que separan África de la frontera más al sur de Europa.

Maraver atestigua que este verano se ha producido "un incremento significativo" de la inmigración irregular en su demarcación. La que abarca desde mitad del Mar de Alborán hasta la frontera con Portugal, 30.000 km cuadrados. "Han venido más pateras y más cargadas", arroja a modo de titular, "y más magrebíes que otros años, sobre todo marroquíes, aunque también argelinos", añade.

Mientras habla, el jefe de Salvamento Marítimo de Tarifa tiene delante la estadística de los rescates efectuados por su equipo en verano. En junio socorrieron a 971 migrantes, una cifra que sobrepasa y ampliamente las 124 asistencias del mismo mes de 2016. Sobre julio dirá que se realizaron 730 rescates. Un año antes, 105. De agosto la estadística confirmará que ha terminado con 951 rescates, por 216 de un año atrás. "Si solo en un día, el 16 de agosto, rescatamos a 422 inmigrantes", recuerda.

Un verano con más del triple de llegadas

La oficina central de Salvamento Marítimo confirma se han vivivido importantes incrementos de llegadas por mar a la Península, por el Estrecho y por Almería, las dos principales rutas de las pateras. Los datos que facilitan hablan de 5.536 migrantes rescatados en los últimos tres meses. Un 211% más que el verano pasado, cuando fueron 1.712. El incremento de pateras ha sido significativamente menor (un 175%) al pasar de 124 a 342. Como dice Maraver, las embarcaciones, por muy precarias que sean, llegan atestadas.

Sin ser la situación equiparable a la crisis de los cayucos de 2006 —cuando a Canarias llegaban desde Mauritania embarcaciones de madera con cientos personas al bordo—, el creciente flujo veraniego entre Marruecos y la Península podría convertir a 2017 en un año de récord de migrantes por mar de la década actual. España podría incluso adelantar a Grecia y colocarse como segundo país europeo con más llegadas de inmigrantes, solo por detrás de Italia. Así al menos lo advierte la Organización Internacional de Migraciones. Sus estadísticas dice que, hasta fin de agosto, han llegado 13.682 migrantes, 9.738 por mar.

En el puesto de salvamento de Tarifa llama la atención "que está volviendo una modalidad de transporte que no la teníamos hace muchos años, la barcaza a motor sobrecargada", revela el jefe. "La tuvimos, pero luego pasamos a la barca neumática casi de juguete, que se puso de moda, y en la que pasaban de 7 a 10 hombres. Pero ahora mismo conviven las dos, la barca pequeña de remos y la embarcación a motor, en la que suben hasta 40 y 50 personas".

A esas pateras —un término que incluye cualquier embarcación usada para transportar migrantes en su travesía informal a Europa— hay que añadir este verano otros transportes en los que se aventuran, con grave riesgo, los inmigratnes, como son la moto acuática, el kayak, el pedaló o una simple tabla de windsurf. Quienes vigilan el Estrecho lo han visto todo este año, desde barcas desembarcando en playas atestadas de turistas, como ocurrió a mediados de agosto en Zahara de los Atunes y no se veía hace años, e incluso a una patera atracando directamente en el puerto, algo inverosimil para marineros inexpertos.

Empobrecimiento y revueltas en el Rif

Un clima más benévolo, sin tanto viento de Levante del que trae mala mar, explicaría parte del incremento de inmigrantes este verano. Los expertos también señalan a un mayor celo en las fronteras terrestres.

Codo con codo con Salvamento Marítimo, en el litoral español trabaja la Cruz Roja, que tiene bases operativas en Almería, Málaga, Motril, Cádiz y Ceuta. En sus estadísticas estivales figuran un total de 6.637 inmigrantes asistidos, la mayoría protagonistas de una difícil travesía por mar. A cada uno se le presta una manta, se le hace un rápido chequeo médico y se le facilita ropa de cambio. Cruz Roja también detectado cada vez más entradas de ciudadanos de origen magrebí, principalmente marroquíes y en los meses de julio y agosto.

"El perfil del inmigrante que llega por el mar sigue siendo varón y joven (de 18 a 40 años), con un 7,63% de mujeres solamente", explica Iñigo Vila, jefe de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja. "A lo largo del año venían siendo más hombres subsaharianos, pero este verano los marroquíes les han llegado a superar en número de llegadas", confirma.

Al otro lado de la orilla, en Marruecos, las ONG que trabajan ayudando a los inmigrantes en tránsito a no verse despojados de sus derechos como seres humanos también hablan de auge de magrebíes en las pateras.

"Es una situación que no se daba desde hace 15 años", reconoce Helena Maleno, experta investigadora de migraciones y miembro del colectivo Caminando Fronteras. Para Maleno toca preguntarse qué está sucediendo en el Magreb para que tantos jóvenes prefieran jugarse la vida en el mar a quedarse en sus países.

Esta experta entiende que la lógica migratoria es un fenómeno multifactorial, en el que cabría analizar las relaciones entre Marruecos y España, pero también la situación actual del país alauí.

"En Marruecos hay un desarrollo económico que concentra riqueza, sube precios y baja salarios y hace que las clases populares sufran empobrecimiento y busquen la salida vía el Estrecho", describe. Que sea gente cada vez más joven la que se embarca lo interpreta como que son enviados por sus familias "para ver si pueden encontrar un futuro mejor". Tampoco descarta que las pateras ahora vayan más llenas de marroquíes por las recientes las revueltas del Rif, donde "la gente joven está siendo muy represaliada".

Las tragedia del verano: 49 desaparecidos en el Mar de Alborán

La travesía del Estrecho puede durar desde 20 minutos (en moto acuática, que se paga a unos 3.500 euros) hasta 22 horas en barcas a remo. La mayoría de los marroquíes que se embarcan intentan pasar inadvertidos, algo cada vez más difícil con el gran tráfico de la zona, porque saben que si les interceptan serán deportados de manera exprés. Los subsaharianos, por contra, suelen avisar a Salvamento Marítimo para que se acuda a su rescate, cada vez más en alta mar y menos junto al litoral. Es necesario averiguar sus nacionalidades con certeza, por si hubiera acuerdos de extradición con sus países. Ellos suelen ser derivados  a los CIE, colapsados todo el año y que resultan más una prisión que un campo de refugiados. Luego, están los que pierden la vida en el tránsito. Solo en lo que va de año, la Organización Internacional de Migraciones tiene contabilizadas 121 desapariciones en aguas españolas. Salvamento Marítimo contabiliza 79. La mayoría naufragaba en una patera a 28 millas de la costa de Almería el pasado 4 de julio. Los equipos de rescate lograron rescatar con vida a tres subsaharianos. Otros 49 se dieron por desaparecidos en una de las tragedias de la inmigración más grave de los últimos años.

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