El programa, que supone una inversión conjunta de 50.000 euros financiado al 50% por ambas entidades, pretende promover el conocimiento sobre diferentes temas ambientales y dar respuesta a la creciente sensibilidad de los pequeños municipios sobre la conservación del entorno natural, según ha indicado la Institución provincial a través de un comunicado remitido a Europa Press.

El convenio prevé, además, la realización de dos acciones concretas. Por un lado, la realización de sesiones específicas en aquellos centros educativos que lo soliciten para el desarrollo de programas de apoyo al sistema educativo con el fin de mejorar el conocimiento del entorno ambiental próximo y de las buenas prácticas ambientales, para lo que se utilizarán sesiones específicas de aula y de campo adaptadas a las necesidades de cada centro educativo.

Por otro, el convenio prevé el desarrollo de un programa de voluntariado ambiental para recuperar y fomentar el trabajo comunitario para la mejora, recuperación y mantenimiento de espacios degradados en las zonas rurales. Asimismo se promoverá la creación de grupos de voluntariado familiar y con personas mayores.

El objetivo ambiental que se persigue, según ha señalado la Institución provincial, es la promoción de herramientas de participación e implicación ciudadana orientadas a la protección y el incremento de la biodiversidad en la provincia de Valladolid.

Para ello se buscarán y organizarán equipos de los centros de Educación Secundaria participantes. Estos equipos de voluntarios serán coordinados para realizar actuaciones concretas como acondicionamiento de tramos de riberas de ríos para la recuperación de flora y fauna de ribera.

Además, una de las características de estos programas es su adaptación específica a las necesidades de cada centro educativo, a su entorno natural y a la realidad sociocultural de su zona de influencia.

Así ambas acciones se llevarán a cabo en el entorno de cada centro educativo participante por parte de personal especializado, educadores ambientales del Aula de Medio Ambiente de la Fundación Caja Burgos. De esta manera se trata de apoyar al sistema educativo en el medio rural, en materia de conocimiento del entorno próximo y de las buenas prácticas ambientales.

El programa ofrece este año dos novedades destacadas. Por un lado, se potenciará el mantenimiento de un huerto ecológico y por otro, se llevará a cabo una campaña de promoción de alimentos saludables, en colaboración con la Asociación 'Pan de Valladolid'.

COLEGIOS DEL MEDIO RURAL

Por su parte, el programa de Apoyo al sistema educativo del medio rural se desarrolla a través de tres actividades diferenciadas. La primera de ellas, 'Vive y siente las estaciones', está pensada para Educación Infantil y Primero de Educación Primaria, que consiste en la realización de cuatro salidas de campo, una por cada estación del año.

Durante este tiempo se efectúa un breve recorrido a pie por los alrededores del colegio en el que los participantes van descubriendo los cambios estacionales que tienen lugar en el árbol que les ha correspondido espiar.

En cada salida se entregan materiales educativos específicos (ficha-dibujo del árbol en cada estación y fotografía del grupo junto a su árbol) que ayudan a conseguir el objetivo señalado, a través del trabajo posterior en el aula tutelado por el profesor.

La segunda actividad, titulada 'Tu pueblo tiene mucha vida', está concebida para realizarse a partir de Tercero de Educación Primaria. Se trata de salidas de entre una hora media y dos horas en las que los alumnos, acompañados del educador ambiental del Aula, dan un paseo por los alrededores de su colegio, observando y conociendo los diferentes seres vivos que habitan en su entorno, el medio en el que viven y cómo estos varían según la estación y las condiciones meteorológicas.

Finalmente, '¿Conoces tu pueblo?' es un subprograma específico para Educación Secundaria, que prevé dos salidas durante el curso escolar, con una duración aproximada de entre una hora media y dos horas.

Durante la primera, los participantes descubrirán la flora y fauna que hay alrededor de su centro y anotan los posibles problemas ambientales que descubren durante el recorrido. En la segunda, se realizarán mediciones de los problemas detectados, se valoran (mediante sencillos cálculos) y finalmente, se buscan posibles soluciones.