Carasa celebra mañana 'La gata negra' en medio del "terremoto artificial" de que se "maltrata" al animal

  • SANTANDER, 15 (EUROPA PRESS)
Fiesta de la 'Gata negra'
Fiesta de la 'Gata negra'
GOBIERNO
Fiesta de la 'Gata negra'

El pueblo de Carasa, en la Junta de Voto, celebra este miércoles, 16 de agosto, la edición más polémica de la fiesta de 'La gata negra', celebración que data de 1477 y que este 2017 se festeja en medio del "terremoto artificial" de que se "maltrata" al felino.

Así lo ha manifestado el alcalde del municipio, José Luis Trueba, quien niega que se dé un trato inadecuado al felino que protagoniza el festejo y se ha mostrado en contra de las acusaciones en este sentido, en el marco de las cuales se han recogido en los últimos días en la plataforma change.org cerca de 142.000 firmas para que se prohíba esta celebración, declarada en 1998 Fiesta de Interés Turístico Regional y que este año cumple su 540 edición.

Según el regidor, las críticas no se ajustan a la realidad, y se ha generado un "terremoto artificial" en torno a que se "maltrata" a la gata, lo cual "no es cierto".

Es más, Trueba, que no entiende la "polémica" suscitada, achaca estas acusaciones a "personas que no tienen otra cosa que hacer". Así las cosas, asegura que la fiesta celebrará si 540 edición según lo previsto, siendo el acto central a las ocho de la tarde, como ha señalado en una entrevista a Radio Nacional recogida por esta agencia.

RITUAL AGRÍCOLA Y CARNAVALESCO ÚNICO EN ESPAÑA

'La gata negra' es un ritual de único en España, marcado por la tradición agrícola y carnavalesca. La historia de la 'Suelta de la Gata Negra' se remonta a 1477, año en el que una sequía asolaba y amenazaba las cosechas del pueblo de Carasa.

La leyenda cuenta que Manuel Otero, alcalde de aquella época, trajo una gata negra en procesión que tenía fama de tener poderes. Al soltarla, la gata se fue hacia la mies y aquel año, como si de un milagro se tratase, las cosechas mejoraron.

Por ello, todos los vecinos del pueblo, año tras año, están pendientes del camino que tomará la gata en su huida. Antaño, si se dirigía hacia la mies, era presagio de fertilidad en los campos y buenas cosechas; sin embargo, si huía hacia el Pico Carrasco era señal de malos augurios. De ahí el marcado carácter agrícola de esta celebración.

En cuanto al origen carnavalesco, queda patente en la escolta de todos los niños del pueblo disfrazados que acompañan a la gata en su camino desde Rioseco (barrio más alto de Carasa) hasta la plaza del pueblo.

La gata llega a la plaza del pueblo subida en una carroza adornada y tirada por un burro, en compañía de un trovador y su comitiva. Una vez allí, el trovador cuenta a modo de coplillas las confidencias que le ha hecho la gata sobre los sucesos acontecidos en los barrios de Carasa (Rioseco, Ampudia, El Cristo, Camargo, La Iglesia, Angustina, etcétera) y sobre algún hecho concreto de especial relevancia.

DENUNCIA DE PACMA Y FIRMAS EN CHANGE.ORG

El partido animalista PACMA ha exigido que se prohíba el festejo, y ha advertido al Ayuntamiento y a la Guardia Civil de la "ilegalidad" del mismo.

Y, en el caso de que se celebre, ha anunciado que denunciará a las autoridades por consentir un evento "basado en el maltrato animal", al considerar que con motivo de esta fiesta "todos los años meten a una gata negra en un carromato tirado por un burro".

Según PACMA, "estos dos animales, aterrados y estresados, son llevados hasta el escenario en el que a la gata negra se le leen sátiras y se le hacen burlas. Al final, la gata es lanzada desde dos metros de altura para poder ver qué dirección toma en su desesperada huída y, así, todo el pueblo puede perseguirla".

El partido animalista solicita que se vele por el cumplimiento de la ley "y no se autorice esta cruel fiesta, propia de siglos pasados, en la que una gata huye despavorida por las calles del pueblo mientras es perseguida por la multitud".

"Es inadmisible que las agresiones a animales sigan siendo el eje central de multitud de fiestas patronales que amparan y perpetúan la violencia bajo la excusa de la diversión", ha sostenido PACMA.

Mientras, en la plataforma change.org se han recogido en los últimos días cerca de 142.000 firmas para solicitar, igualmente, que se prohíba este festejo tal y como está planteado. Como alternativa, en la petición se propone que el felino sea sustituida por un peluche o una persona disfrazada de gato, para así "mantener esta fiesta pero quitando el componente de maltrato animal".

GOBIERNO QUIERE MANTENER LA TRADICIÓN CON UN TRATO ADECUADO AL ANIMAL

Desde el Gobierno de Cantabria, el consejero de Turismo, Francisco Martín, ha abogado por compaginar la tradición histórica y cultural de los festejos populares que se celebran en la región con un trato adecuado a los animales, es decir, que haya "garantías" de que no sufren durante estas celebraciones. Cree que ambos factores son "perfectamente compatibles".

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