Según ha explicado la diputación de Badajoz en nota de prensa, la recreación dramatizada de su vida se resume en la entrega del ducado y de las llaves de la villa por Enrique IV de Castilla, siendo este el hilo conductor de los actos programados.

De este modo, tal y como ha destacado el diputado delegado del Patronato Provincial de Turismo, Lorenzo Molina, esta edición es "una muestra de la actividad patrimonial, histórica y cultural que generan fiestas de este tipo, especiales por cuanto son capaces de impulsar desarrollo y atraer visitantes".

Así, la diputación ha puesto en valor que "gracias al tesón y al trabajo desinteresado de todos los alburquerqueños" se hace posible esta fiesta año tras año, ya que "de forma altruista" se convierten en actores, decoradores o mesoneros, ofreciendo un pueblo "acogedor" que trabaja "mano a mano para un objetivo común".

"Durante estos días muchas casas del barrio histórico de la villa abrirán sus puertas a los visitantes para que observen cómo eran sus estancias en aquellos siglos XV y XVI, así como la indumentaria que vestían entonces sus habitantes", ha explicado la diputación.

Asimismo, habitantes y turistas realizarán durante estos días un "viaje en el tiempo" que les permitirá vivir en primera persona "escenas cotidianas de la época medieval con mancebas, pedigüeños, juglares, caballeros y damas de la corte que sorprenden en cada rincón de la localidad".

ACTIVIDADES PROGRAMADAS

Entre las actividades programadas, se encuentran la apertura de mesones, un mercado artesanal, la teatralización de episodios como bodas judía y cristiana, la vida de Juana de Avis, llamada 'La reina triste' en el interior del castillo, visitas guiadas al barrio de 'La teta negra' o desfiles y danzas.

Así lo ha aseverado la directora del Festival Medieval, Ángela Robles, que ha explicado que los visitantes podrán "deleitarse" con teatro en el interior del castillo de Luna, conciertos, pasacalles, torneos de exhibición, tortura o aquelarres, permitiendo a los vecinos recrear momentos del pasado de la villa.

Además, el evento quiere hacer notar la presencia y convivencia pacífica de las tres culturas de la época, la cristiana, judía y musulmana, que tienen su protagonismo con la celebración de desposorios y con una fiesta morisca. Además, el maravedí se convierte estos días en moneda oficial.

Por todo ello, la directora del Centro de las Artes Escénicas y de la Música (Cemart), Antonia Álvarez, ha puesto en valor este festival donde un "pueblo entero participa en una recreación histórica dramatizada que desde sus inicios sigue acaparando las mismas expectativas, ilusión y visitantes".

Por su parte, el alcalde de la localidad, Ángel Vadillo, ha manifestado que "tras 24 años no se entiende Alburquerque sin su festival ni su castillo y ha hecho que sea una villa distinta y apasionada, además de darnos la oportunidad de que se nos conozca fuera, aportando calidad y conocimiento".